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¿Mariu o la compañera Vidal?

Una de las críticas comunes a la actual gestión del presidente Macri coincide en la falta de experiencia con la que se tomaron decisiones de gestión. Algunos funcionarios acusaron cierta candidez a la hora de encarar decisiones de alcance nacional, y otros pensaron qué tal vez todo resultaría más sencillo "de cambiar".

Casi de un modo naif, hay funcionarios que siguen confesando cuán difícil les resulta gestionar con las reglas del Estado, que distan mucho (en tiempos y formas) con las del sector privado.

"Está aprendiendo cómo es la política", sostuvo el Presidente de la Nación al explicar las idas y vueltas que enfrentó Juan José Aranguren para fijar un aumento de tarifas (gestión que le llevó 9 meses de trabajo, generó marchas de protesta, "organizó" la oposición y lo transformó en el más impopular del gabinete).

Lo cierto es que tanto el Presidente como gran parte de sus equipos de gestión venían de 8 años de trabajo "como políticos" en la Ciudad de Buenos Aires. Cuando muchos comunicadores hablan de los CEOs, gerentes o empresarios devenidos en funcionarios públicos se olvidan que si bien Macri perdió las elecciones a Jefe de Gobierno de 2003, luego ganó en 2007 y reeligió en 2011.

Un amigo porteño que no comparte mi análisis, me chicanea siempre: "no te olvides que la Ciudad no es como la Provincia. Así como la provincia es ingobernable sin apoyo nacional, la Ciudad es a prueba de las balas de los peores políticos", repite. Y después me recuerda que la Ciudad no emitió cuasi moneda, que tiene los mejores profesionales y equipos técnicos a disposición y repite una larga lista de funcionarios que a su entender no daban (o dan) la talla, pero que "la gestión sigue".

Una de las cosas en la que sí coincidimos es que gobernar la provincia es "otra cosa". No sé si será ingobernable, sí que no es sencillo. Creo que no alcanza con capacidad y honestidad y requiere un plus de cuerpo a cuerpo para el que no estamos todos igual de preparados. Si bien las diferencias sociales, y las consecuentes necesidades, se pueden encontrar en casi todos los territorios nacionales, la Provincia de Buenos Aires tiene por extensión, magnitud y habitantes, características propias de un país. Y de un país complejo, lleno de situaciones encontradas, de contrastes socioeconómicos que impactan y hacen doler los ojos, y a veces los corazones...

Los otros días tuvo lugar la puesta en marcha de una obra que conectará la autopista Buenos Aires-La Plata con la porteña Autopista Illía, que atravesará la Ciudad de Buenos Aires por la costa del Río sin tener que cruzarla por el tejido urbano. Se prevén dos años y medio de una mega obra que acompaña el crecimiento de la demanda del transporte y las cargas. En el acto de lanzamiento estaban presentes el Presidente Macri, el Jefe de Gobierno porteño y la Gobernadora de la Provincia de Buenos Aires. Solo algunos atentos descifraron el intento del presidente Mauricio Macri y sus clásicas humoradas: "esta obra la estamos haciendo para tener más cerca a María Eugenia, ¿no es cierto? Si no se va a portar mal, si la dejamos tan lejos, allá en La Plata”. La imagen se completó con la gobernadora que, sin saber si reír o llorar, solo bajó la mirada.

Dicen los que dicen que saben, que los ojos de Marcos Peña (por default de Macri) ven a Vidal con demasiada independencia. Le cuestionan su acercamiento con el peronismo y no toleran algunas frases como: "la pesada herencia ya pasó, me hago cargo de lo que hay hoy en la Provincia”; y se enojan porque sube en imagen positiva mientras que el resto baja inexorablemente. Los que están cerca de Vidal la defienden: "María Eugenia sube en imagen porque resolvió ponerle el cuerpo a la gestión y no renegar de la política, pero sí usarla en la medida de las posibilidades que le permitan generar cambios".

Según mi modesto entender, esto es peronismo explícito. Y si no, como dijo Cobos… que la historia me juzgue.

Buena semana.

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