San Vicente |

Brisa Fernández y Milagros Córdoba, dos chicas de Plata que se superan todos los días

Tienen 13 y 16 años y hace unos días lograron medallas en los Juegos Bonaerenses. Son alumnas de la escuela 501 y se destacan en lanzamiento de bala y atletismo.

El deporte suele cambiarles la vida a muchas personas. Brisa Fernández, que sufre de hemiparesia, y Milagros Córdoba, con parálisis cerebral, son dos jóvenes de Alejandro Korn, estudiantes de la Escuela Especial número 501, que lograron una medalla de plata cada una en los últimos Juegos Bonaerenses, llevados a cabo en Mar del Plata.

Ambas adolescentes únicamente pueden entrenarse una hora por semana en la escuela. "Lamentablemente aún no hay espacios extra escolares accesibles en el distrito para ellas. Su movilidad siempre requiere acompañamiento de algún adulto responsable", aseguró su profesora de educación física, Virginia Iguaín.

Milagros, que practica lanzamiento de bala, quedó en segunda posición en los Juegos, ganando así una de las tres medallas plateadas que obtuvo San Vicente. "Es admirable en ella la capacidad que tiene de disfrutar de cada instante. Se destaca porque es capaz de aceptar una derrota con alegría, reconociendo que puede haber otra mejor, y que para superarlo tiene que intensificar su propio compromiso. Siempre está dispuesta a ser mejor", reflexionó Iguaín.

Por su parte, Brisa asombra a todos por su capacidad de autoexigencia y la gran fortaleza que posee. Logró, también, una medalla de plata en carrera de 100 metros sobre silla de ruedas. Su profesora, Virginia, afirmó que "es increíble, pero no se permite fallar. La sostiene una inquebrantable fuerza en la búsqueda de mejores resultados cada día".

A su vez, la joven de 13 años cuenta con el sueño de conseguir su silla de ruedas adaptada para atletismo, ya que en las competencias usó una que, incluso horas antes, se le desinflaban las ruedas. "Con el empeño y el empuje que tiene, no dudo que nos activará a todos los responsables para conseguirla", cuenta Iguaín.

Virginia, que trabaja hace más de 18 años en la Escuela Especial número 501, narró que "los lunes en la clase el trabajo intenso se vuelve una fiesta". "Aspiro a que todos desarrollen lo mejor de sí, tanto en habilidades, como en capacidades y también técnicamente, adaptando el trabajo y la propuesta a cada uno. Hay un momento que la clase se vuelve individual, aunque luego trabajamos otros contenidos más relacionados a los juegos motores, la táctica y la estrategia", cerró.

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