San Vicente |

El recuerdo del “Mágico” Acerbi, un vecino ilustre

Participó en casi todas las instituciones del pueblo y también en política. En todos lados cosechó amigos que hoy lo extrañan.

Luis "el Mágico” Acerbi "era un chico grande”. En eso coinciden su hija, Claudia, su esposa, Ramona Cardozo, su yerno, Mario Crespo y su socio y amigo de toda la vida, Héctor "Chingo” González.

"El Mágico” falleció el 23 de junio pasado y a su familia y seres queridos todavía les cuesta creerlo. Tenía 85 años y era reconocido por la comunidad de San Vicente como un amigo. Generoso, simpático, bromista, comprometido; esos son algunos de los adjetivos que usan para describirlo. "Lo vamos a recordar toda la vida como el hombre de bien que fue, con una sonrisa, como él hubiese querido”, dice "Chingo”.

Acerbi nació en 1932 y se ganó la vida como martillero público con su propia inmobiliaria. Pero también tuvo una destacada participación como autoridad en el Municipio, en el Concejo Deliberante y sobre todo en instituciones intermedias, de las que fue dirigente. Además tuvo muchas aficiones que eligió compartir con amigos: la caza, la pesca, los caballos y los viajes. Su apodo se lo ganó por la puntería que ostentaba para derribar a dos perdices de un mismo disparo. O al menos eso cuenta la leyenda.

"El Mágico fue un ser de luz, con muchas virtudes. No lo digo porque haya sido mi padre sino porque también fue mi ídolo”, dice Claudia. Mario Crespo agrega: "Para nosotros era como súper man, iba a estar siempre. Muchas generaciones de sanvicentinos van a hablar de él como una leyenda urbana, y se va a hacer cada vez más grande”.

La participación de Acerbi en política fue dentro del Partido Intransigente, cuyo máximo referente era Oscar "el Bisonte” Alende, que llegó a ser gobernador de la provincia. "El Mágico” era amigo personal de Alende, que reclamaba las milanesas de su mujer Ramona cada vez que visitaba San Vicente.

Dentro del PI, Acerbi fue dos veces concejal y estuvo a cargo del área de servicios del Municipio de San Vicente durante la intendencia de su entrañable amigo Rafael "Totó” Ceragioli, en los años 60. Desde esa posición contribuyó a crear el primer catastro del distrito.

Después, la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos fue su hogar, junto con el mismo Ceragioli. Y recorrió otras instituciones: el Club Deportivo, el Mitre, el Centro Tradicionalista El Volcador y el Club de Cazadores. "Llevaba siempre a su barra de amigos, les daba vida a las organizaciones sociales”, comenta Crespo.

Con su inmobiliaria, fue representante de la agencia Vinelli en la zona y siempre trató de ayudar a los vecinos. "Le facilitó el acceso a la vivienda a mucha gente, por eso es que hoy tantos lo lloran”, dice Crespo. Y Claudia suma: "Del mismo modo era generoso con los chicos, con la gente humilde”.

En la cocina de su casa de la calle Amoretti, donde vivió hasta sus últimos días, su familia lo recuerda con emoción y se les escapa alguna lágrima. La comunidad sabe que se fue un vecino mágico.

 

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