Tras perderlo todo en un incendio de su casa, Matías Galli encontró en Pueyrredón algo más que un club: una familia que nunca lo dejó solo. Actualmente es coordinador de fútbol infantil de la institución de Burzaco en la Liga ADIAB y no piensa en otra cosa que en devolver todo lo que hicieron por su familia.
Burzaco: perdió todo y el club de sus amores le permitió volver a empezar
Matías Galli es el coordinador del fútbol infantil de Pueyrredón de Burzaco en la liga ADIAB. Tiene una historia de amor con el club.
17 de abril de 2025 - 12:34
El vínculo afectivo con el Club Pueyrredón inició a sus cuatro años, cuando su papá lo llevó a la escuela de fútbol por primera vez: “Me acuerdo de aquellos días con nostalgia, jugando con mis compañeros y aprendiendo las bases del fútbol. La escuelita fue mi primer contacto con el club y, desde ese entonces, mi vida ha estado ligada a este lugar”. Allí permaneció hasta los 13, momento en el que se retiró de las infantiles y estuvo alejado de la institución de Burzaco por largos años.
Pero regresó al club de sus amores tiempo más tarde, cuando formó una familia y quiso transmitir el mismo sentimiento a sus dos hijos. “Mi experiencia en el club fue fundamental para mi desarrollo como persona y como futbolista. Queríamos que ellos tuvieran la misma experiencia que yo había tenido en mi infancia”, le contó Matías a El Diario Sur.
Sin embargo, tomó la drástica decisión de abandonar el club nuevamente después de dos años y llevó a sus hijos a Banfield. Fue en ese momento que su hogar ubicado en Burzaco se incendió por completo y perdió todo lo que tenía: “Fue un momento muy difícil para nosotros. Pero en esa circunstancia de necesidad, Pueyrredón demostró su verdadera esencia. Luis Spinelli, quien era el presidente, nos ayudó con una colaboración económica y material para poder reconstruir nuestra vida de vuelta”.
Volvió para quedarse y no irse nunca más
Además, expresó que ese gesto solidario lo conmovió profundamente y siempre estará agradecido con Spinelli, que fue su primer entrenador: “Me hizo dar cuenta de que Pueyrredón no era solo un lugar de juego, sino una familia que se preocupa por sus miembros”. A partir de ese momento, él y sus hijos retornaron otra vez al club del que jamás se tuvieron que haber ido y se pusieron a disposición de cualquier cosa que hiciera falta.
Pueyrredón, un club con sentido de pertenencia
En la actualidad, Matías tiene 36 años y es coordinador del fútbol infantil de la tira amarilla de Pueyrredón, la cual este año comenzó a competir con todas sus categorías en la zona D de la Liga ADIAB. Afirmó emocionado que los logros deportivos están en segundo plano ya que en Prilidiano Pueyrredón al 1320 encontró su lugar en el mundo: “Están mis amigos, compañeros y una sensación de pertenencia. Mi corazón late por el club Pueyrredón y estoy agradecido de por vida por todo lo que hicieron por mi familia”.
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