Platense fue campeón por primera vez en su historia. Y si bien la fiesta se concentró en Vicente López tras el triunfo en Santiago del Estero, donde el equipo venció a Huracán en la final de la Copa de la Liga, la felicidad se extendió por distintos puntos del país. Entre ellos, Burzaco, donde Ernesto y su familia disfrutaron de un momento especial, un instante único. "Lloré y me la pasé viendo videos. Es una cosa increíble", señaló en diálogo con El Diario Sur al rememorar las últimas horas, una vez concretada la vuelta olímpica del Calamar.
Encontramos un hincha de Platense en Burzaco: "Lloré y se me vino a la cabeza mi tío Kike"
Ernesto y Martín son fanáticos de Platense y se fueron a Vicente López desde Burzaco tras el título. El recuerdo del tío Kike y el llanto de Miguel, el padre.
El gol de Guido Mainero selló la victoria del elenco marrón para completar una campaña estelar, en la que, a lo largo de los play-off, superaron a Racing, River y San Lorenzo, siempre en condición de visitante. Por eso, al no poder ir a esos desafíos, el vecino de Almirante Brown optó por "no romper la cábala" y no ir a Santiago del Estero, donde tocaba afrontar el juego por la gloria.
"Soy bastante cabulero. Siempre le fui mandando mensaje a mis amigos de los otros equipos diciendo que nos iban a ganar. Que Racing tiene buen entrenador; que Maravilla Martínez la viene rompiendo; y así siempre. Siempre de callado. Y me terminó resultando mufar a ellos", señaló. Y aclaró: "Yo siempre di por campeón a Huracán". Pero sabe que algo en su interior le decía que podía pasar lo que pasó. "Después de ganarle a Racing para mí fue un montón y mi corazón algo me decía", sentenció, sobre la gran sorpresa en Avellaneda frente a uno de los grandes candidatos al título.
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Y explicó que atravesó esta chance con otro semblante, más calmo, en relación a la otra final que vivió recientemente, la del 2023, cuando en el mismo escenario de Santiago del Estero, cayó a manos de Rosario Central. "Ahora no estaba nervioso, sentí que este equipo podía llegar a ganar. Y cuando terminó el partido se me vino a la cabeza un tío abuelo (Kike) que fue quien hizo hincha a mi viejo, y él a nosotros", comentó.
Allí abrió la puerta a la nostalgia y cómo construyó su vida rodeado del Calamar, resaltando el presente. "Terminó el partido y me emocioné mucho. Abracé a mi hijo, le di un beso a mi señora y agarré el auto y me fui a abrazar a mi viejo. Le dije a mi hermano que vayamos a la cancha y salimos para Vicente López", recalcó.
Una familia que disfruta en grande
Allá, en la zona norte del conurbano bonaerense, a varios kilómetros de Burzaco, "estaba explotado de gente". 120 años de historia para un Platense que ahora disfruta del momento más importante y no era para menos. Tenían que colmar las instalaciones de ese estadio, recordando instantes únicos.
El de Ernesto está ligado a su familia paterna. "Kike era tío de mi papá. Mi abuelo murió cuando mi viejo era joven y él tenía tres tíos, uno de Chacarita, uno de River y Kike, de Platense. Vivía en Saavedra, el barrio del club. Y fue él el que lo hizo hincha de Platense", afirmó.
"Cuando hablé con mi viejo -Miguel- estaba llorando de la emoción, recordando a mi tío, y de hecho cuando Kike falleció muchas de las cosas que tenía de Platense las heredó mi papá, libros, vasos, gorras, banderitas", puntualizó. Y agregó: "Nosotros somos de Burzaco. Me crié en zona sur y a mi papá le costó un montón convencernos que fuéramos de Platense. Yo cuando era chico decía que era de Boca, y mi hermano -Martín- de River. Mi papá se esforzó y ahora yo soy socio, mi hermano también y ya de grande empezamos a ir a la cancha e incluso lo volvimos a llevar a mi papá a la cancha hace pocos años".
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Y cerró así: "Todavía no lo puedo creer. Lloré, vi muchos videos en Instagram, recordando familiares. Yo me crié con Platense en la B Metro, y ya verlo en la B Nacional era un montón. Haber ascendido fue increíble y esto es una cosa de locos". Y por delante hay más: se viene el Calamar jugando Copa Libertadores. Y ya se ilusiona en grande.