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Mucho más que una amistad: La conmovedora historia de Samuel y Wall-E

El perro llegó a la vida del pequeño y la cambió por completo. "El no es una mascota, es parte de nuestra familia", contó su hermano.

Para muchas personas, un perro es mucho más que una mascota. Es un amigo con quien compartir momentos, y hasta puede mejorar la vida por completo. Este es el caso de Samuel, un nene de 10 años de Claypole a quien su compañero Wall-E llegó para cambiarlo todo.

La historia se remonta a cuando Samuel empezó el jardín. Debido a que cumple los años en junio, ingresó con 3 años y medio a sala de 4, lo que le generaba complicaciones para hablar, comprender consignas y relacionarse con los otros chicos.

Si bien al principio esperaron para ver si era un tema relacionado a la edad, al año siguiente el pequeño era más retraído y le costaba hacerse entender por sus compañeritos. Por tal motivo le realizaron varios estudios y consultaron con especialistas.

"Todos concluían que las pruebas no les permitían diagnosticarlo porque tenia varias características de autismo pero no eran concluyentes, era muy inteligente para su edad y aprendía bien todo lo que se le enseñaba pero seguía aislado", contó su hermano Emanuel a El Diario Sur.

Samuel seguía creciendo, pero nadie podía explicar sus problemas para relacionarse, pese a que llevaba adelante varias terapias. A empezar la primaria, comenzó a tener problemas en la escuela porque no copiaba las tareas, y hasta tuvo que repetir de grado porque no había logrado adquirir los conocimientos necesarios.

Pero todo cambió cuando Natalia, su hermana mayor, decidió regalarle un cachorrito a quien llamaron Wall-E. "Samu comenzó a interesarse e interactuar con él. Ya no quería estar solo, como el perro era chiquito lo buscaba para jugar y lo molestaba para que juegue", relató Emanuel.

El pequeño comenzó a mejorar muy rápido gracias a la ayuda de su nuevo amigo, al punto que terminó con todas sus terapias. "Sabemos que Wall-E lo ayudó mucho en su recuperación, es un perro muy cariñoso y siempre está con él hasta cuando ve dibujitos, se sienta a lado y lo espera en el portón cuando viene de la escuela".

Debido a que el perro, un Golden Retriever que ahora tiene 4 años, creció mucho, debieron mudarse de su departamento en el barrio Don Orione a una casa más grande en Claypole, para que no puedan separarse y puedan jugar.

Hace unos días, Wall-E se perdió y Samuel se puso muy triste, por lo que salió en busca de su mejor amigo. "Lo acompañamos a buscarlo por todo el barrio, hicimos carteles y los pegamos en los negocios. Samuel no quería parar ni para comer. Le pedíamos a Dios que lo encuentren y lo cuiden porque hacia mucho frío. Gracias a Dios lo encontramos", contó Emanuel.

"Wall-E es realmente parte de la familia y cuando se perdió fue como si se perdiera cualquiera de nosotros. El no es una mascota, es parte de nuestra familia", expresó.

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