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El mal momento que vivió un vecino de Canning con su hijo autista en una heladería

En la heladería La Veneciana de Canning, una clienta del local pidió que un niño con autismo se retirara porque la molestaba.

“Cuando salimos a pasear con él siempre elegimos horarios y lugares distendidos, justamente para no exponerlo”, explicó a El Diario Sur Daniel Maldonado, vecino de Canning, sobre su hijo Santino.

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Durante el mediodía del pasado sábado, junto a su esposa y tres hijos decidieron ir a la heladería La Veneciana de Canning. “El lugar está preparado para recibir familias, tiene juegos y es muy amplio. Igualmente decidimos ir temprano que hay poca gente”, remarcó Daniel.

“Santi estaba esperando que le preparen el helado, se entusiasmó y por eso empezó a caminar de un lado a otro a lo largo del mostrador”, contó. Y continuó: “Cerca de la entrada había una señora que estaba leyendo el diario y dijo que mi hijo la estaba molestando”.

Según recordó el vecino, la clienta decidió pedirle a una de las empleadas que los saque del local: “Pidió que nos fuéramos porque quería estar tranquila. Le dijo a mi esposa que si nuestro hijo tenía una enfermedad, teníamos que ser responsables y no salir con él”.

“Mi esposa le respondió que el autismo no es una enfermedad, sino que es una condición. Le dijo que estábamos en un horario y lugar donde no molestábamos a nadie, y por supuesto que la empleada le explicó que no podía echarnos del lugar”, explicó el vecino.

Sin embargo, a pesar de esta experiencia negativa, destacó otro momento que vivió junto a su hijo días atrás en el paseo Plaza Canning. “Estábamos todos juntos cuando Santi se fue corriendo y se metió en una heladería, pidiéndome que le comprara un helado”, contó.

“Yo fui corriendo atrás de él, y cuando estaba intentando sacarlo del local sin molestar a los clientes, la dueña se acercó y me dijo que lo dejara tranquilo, que no había problema. Hasta le regaló un alfajor y lo dejó sentarse en un sillón para que se tranquilizara”, comentó el vecino.

Para concluir, Daniel señaló que “la primera mujer carece de una mirada inclusiva, mientras que la segunda estaba familiarizada con la condición”.

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