Columnista |

Cuando se opta no se elige

Después de una semana, ya todos escuchamos numerosos y sesudos análisis de la elección presidencial. Hay quienes sorprendieron, defraudaron, confirmaron liderazgos, ratificaron sus gestiones y/o establecieron su despedida para el próximo 10 de diciembre.

Sin dudas, la gran sorpresa la dio la elección provincial de María Eugenia Vidal. El caso más analizado de la semana. No sólo se trató de una excelente elección para Cambiemos en la provincia, sino que obtuvo, Vidal, 500.000 votos más que el candidato a presidente de su espacio, Maurico Macri. Aquí radica una de las principales esperanzas del sciolismo de cara a la elección final del 22/11.

En la región se confirmaron los liderazgos de Fernando Gray (Esteban Echeverría), Martín Insaurralde (Lomas de Zamora), Aníbal Regueiro (Presidente Perón) y Alejandro Granados (Ezeiza), mientras que Mariano Cascallares (con el 43% de los votos) debutará como intendente en Almirante Brown. Un caso especial se dio en San Vicente, en un escrutinio donde se peleó voto a voto hasta consagrar al radical Mauricio Gómez, cuando por momentos se temía un triple empate.

Analizar los números "finos" de la elección siempre sirve para poder entender lo que quiere la gente en el "arte de elegir". Aunque parezca pretencioso, digo "arte" al hecho de cortar dos veces una misma boleta, o poner tres fuerzas políticas distintas dentro de un mismo sobre. Cada vez son más los que eligen personas y no partidos políticos.

Aquí vale un paréntesis. Porque no hubo denuncias de fraude, ni cuestionamientos al sistema de boletas impresas. Hubieron muchos cortes, distintas combinaciones y una altísima participación del electorado que superó la media de los últimos 10 años; pero nadie se quejó de fraude ni del tamaño de las boletas. Nadie habló esta semana del voto electrónico ni de la boleta única.

Por primera vez en nuestro país tendrá lugar un balotaje que defina presidente. El 22/11 será Scioli o Macri, en una opción/elección que refleja dos propuestas que no sólo son distinas, sino en la que los candidatos hacen campaña afirmando sus diferencias. Se trata de dos hombres que solían declararse amigos y que se reconocen hijos políticos del mismo ex presidente. Casi a modo de leyenda, vale recordar que Carlos Menem, en distinto tiempo, le dijo a los actuales contrincantes que para hacer política había que ser popular. Uno buscó esa popularidad piloteando una lancha de Off shore a la que bautizó "La Argentina", y que muchas veces competió sin competencia. El otro presidió un Boca Juniors que navegaba a la deriva y coqueteaba con el fracaso (económico y deportivo), hasta que se cruzó con la conducción de Carlos Bianchi (que por entonces ostentaba tener el celular de Dios), y de su mano llegaron los éxitos deportivos (que suelen tapar todos los fracasos).

De cara al 22 de noviembre se debatirá entre una elección o una opción. Recuerdo un viejo maestro que decía: "cuando hay sólo dos alternativas, lo más probable es que la decisión sea una opción y no una elección. Y cuando se opta no se elige". Ojalá Scioli y Macri/Macri y Scioli, hagan la tarea para que la gran mayoría de los argentinos podamos volver a elegir.

Dejá tu comentario