Columnista |

NI CAMBIO, NI CONTINUIDAD. EVOLUCIÓN (no es un slogan)

Llega el esperado día después de mañana. Llega la elección final. Un hecho histórico e inédito en nuestro país, y trascendental en nuestra historia futura. Creo que esta elección de 2015 es comparable con la de 1983 cuando recuperamos la democracia.

Casi todas las otras elecciones de recambio presidencial se dieron en situaciones de crisis poco deseables. 

Sea quien sea el próximo presidente de los argentinos, en 2015 termina una época. Gane quien gane debiéramos ganar todos. Este último tiempo se vieron y vivieron divisiones inconducentes, posiciones encontradas que llevaron a peleas familiares y hasta ruptura de amistades.

Vivimos tan a full los argentinos... Siempre parecemos dispuestos a todo o nada y todo el tiempo. Una característica singular de nuestra realidad actual es la súperpolitización de la política. El debate político era un lugar reservado para pocos, mientras que hoy se discute de, y por, política en todos lados. Uno de los factores que ayudan a esta realidad es la multiplicidad de acceso a la información en tiempo real. Todo está mucho más expuesto, es inmediato y su visibilidad lo hace tan real como incuestionable.

Creo que a pesar de que esa combinación de pasión y política no siempre termine bien, es súper saludable. Garantiza que habrá lugares y situaciones donde nunca más se volverá. El silencio atroz, nunca más. Tal vez, el desafío de esta nueva época sea encontrar un equilibrio que nos deje pensar distinto sin romper lanzas; manifestarse, cuestionar y preguntar y repreguntar sin desestabilizar. De donde no se vuelve es del interés y la participación de la "gente de a pie", que sabe qué, cómo y dónde reclamar o canalizar sus inquietudes y demandas.

Estamos en un momento apasionante. Todo indica que quien gane lo hará en forma ajustada y eso debe ser tenido en cuenta a la hora de gobernar. Espero que no se trate del triunfo de uno sobre otro, ni de cambio o continuidad. Espero ser testigo y protagonista de una evolución. Los países crecen cuando sus sociedades evolucionan. Y evolución significa avanzar, crecer desde la crecido, seguir aprendiendo desde lo aprendido. Lo demás son slongas, y la gente compra cada vez menos slogans y exige cada vez más realidades. Eso es en parte mi mayor, y mejor, anhelo para lo que viene: que gane quien gane, ganemos todos.

Buena semana.

 

Ricardo Varela

Director Ejecutivo 


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