Columnista |

El largo y sinuoso camino de acordar

En muchas oportunidades escuchamos a dirigentes de distintas instituciones hablar sobre la importancia de alcanzar consensos. Algunos sacan pecho sobre su capacidad de "consensuar" y de acercar distintas posiciones, muchas veces encontradas.

Mi visión es que sentados a la mesa con diferentes posturas, o partiendo de intereses opuestos, cuando se alcanza el "consenso" es porque al menos uno de los interesados, cede. Por ello creo que antes de "consensuar" debiéramos "acordar". Lograr acuerdos significa elegir un camino infinitamente más largo y sinuoso, que en la inmensa mayoría de los casos lleva más tiempo y esfuerzos. Sin embargo, el producto final resulta luego tan genuino como indiscutible. Cuando se "acuerda" no se pacta, no se consensúa, ni se cede.

A poco más de un mes de asumido, el nuevo gobierno nacional va dando a conocer una serie de medidas encontradas con las de la gestión anterior. Desde plantear una nueva relación con los Estados Unidos e Inglaterra; devaluar el peso y liberar la compra de dólares y vender la transmisión de los partidos de River y Boca a canal 13 y Telefe en 180M de pesos; hasta anunciar un incremento del 250% en los servicios públicos a partir de marzo, por ejemplo.

Claro es que Macri ganó haciendo eje en una palabra: "Cambiemos", producto de su pacto con el radicalismo y la siempre indescifrable Lilita Carrió. Sin embargo, a la hora de diseñar los equipos de hombres y mujeres para gobernar, lejos quedaron en su consideración los radicales que por lo bajo murmuran hoy bronca. Lo mismo parece haber sucedido con la diputada Carrió, cuya última "sorpresa" fue denunciar judicialmente al presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

Distinta suerte tiene el antes competidor en la carrera presidencial Sergio Massa, que acompañó esta semana al presidente Macri al Foro de Davos. Independientemente de las fotos de coyuntura, y de ser funcional a la estrategia de mostrarle al mundo económico y político un nuevo modelo de país, Massa logró lo que aspiraban varios dirigentes del radicalismo: ocupar puestos clave en el nuevo gobierno macrista. Si bien se conocen casos emblemáticos en los ministerios nacionales de economía, planificación o producción, el acuerdo "M&M" alcanza también otros niveles de la gestión pública nacional, provincial y jurisdiccional; tanto de los poderes ejecutivos como legislativos.

El presidente Macri parece necesitar de Massa a la hora de gobernar. Tanto de alguno de sus cuadros técnicos como de los legisladores que supo cosechar en la elección de 2013. Ojalá ésta movida política sea parte de un acuerdo. Y forme parte de una estrategia pensada previamente.  Ojalá.

Buena semana.

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