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Macri Presidente (de la AFA)

Pocos habrían imaginado que el primer escollo que iba a enfrentar el gobierno nacional sería el de las tarifas. Si bien había dudas en relación a la continuidad del esquema de subsidios a las empresas destinados a encorcetar los precios, era impensable hace 4 o 5 meses que este primer descontento social concluiría en un "ruidazo".

Ruidazo, bautizado por los organizadores K para diferenciarse de los cacerolazos recibidos. En este sentido también se explica el denodado esfuerzo del gobierno actual por celebrar "los 200 años de la Independencia" y no su "Bicentenario" que parece ser propiedad de la gestión anterior. En fin, miserias semánticas o dialécticas que la gran mayoría se pierde..., ¿se pierde?

Por estos días ve la luz el primer gran logro político de la gestión Macri. Y la jugada no pudo salirle mejor al Gobierno. Ya había operado con Infantino, flamante presidente de la FIFA pos escándalo, la conformación de una "Comision Normalizadora" para la AFA. En un pecado de fan, Infantino le pidió luego a Maradona que se sumara a ese equipo interventor y saltaron las alarmas en Balcarce 50. Y así se lo hicieron saber al mandamás de la FIFA: "el ex10 no es la opción más coherente a la hora de poner las cosas en su lugar". El tema es que Maradona vino, vió, y se fue con un par de declaraciones de su sello. Así, llegó Armando Pérez, ex gerenciador y actual presidente de Belgrano de Córdoba. Esto despejó a los candidatos que más le molestaban a Macri: Hugo Moyano (sindicalista y presidente de Independiente), su yerno Claudio "Chiqui” Tapia (presidente de Barracas Central y delegado de la AFA en la última Copa América) y Marcelo Tinelli (vicepresidente de San Lorenzo, propulsor de la pomposa Superliga y devenido crítico de la gestión nacional en su programa de TV).

Sin embargo, la verdadera jugada maradoniana del presidente fue deshacerse de Fútbol para Todos "a pedido del 95% de los clubes". Sí sí. Aquello que quería y no podía decir: romper un contrato leonino que financia la ineptitud y corrupción de los clubes, pero que había sido una promesa de campaña (mantener la gratuidad televisiva), parece concretarse. Y de la mejor manera. No será el gobierno quien rompió aquella promesa electoral, fueron los clubes que, motivados por una aparente propuesta de 3200 millones anuales de Turner, lograron ponerle fin al emblemático Fútbol Para Todos. Así, los títulos de lo principales medios nacionales dijeron esta semana: "el gobierno aceptó romper el contrato con los clubes", cuando según el secreto a voces debieron decir: "el gobierno logró romper el contrato con los clubes".

Ahora bien, lo que le importa "a la gente" es que a pesar de las declaradas intenciones, no habrá fútbol gratuito por televisión abierta a partir de 2017. Quien diga lo contrario, miente. Nadie puede asumir una inversión (3200 millones anuales?) que resulta irrecuperable aún sumando toda la pauta publicitaria posible de las cadenas televisivas del país. Tampoco parece muy serio pedirle a Turner, o a quien sea, que inviertan 3 años (la promesa y el contrato hoy roto era hasta 2019), para luego empezar a recuperar. Y para ello ya se va armando masa crítica discursiva: "en realidad no era 100% gratuito, porque sin cable no tenías fútbol", "la Argentina es el único país del mundo que destina dinero público para transmitir partidos de fútbol por televisión", "tenemos cuatro encuestas donde la gran mayoría no quiere que destinemos 2500 millones de pesos para financiar el fútbol".

Ante los hechos consumados, propongo que el gobierno traduzca esa inversión anual (los 2500 millones), en una obra concreta, identificada y emblemática. Que nos permita a todos ver las obras de la opción: "con la plata del fútbol 2017 hicimos este puente/hospital/escuelas/embalse (etc., etc). Así tendremos argumentos para contrarrestar los del relator militante.

You may say I'm a dreamer?

Buena semana.

 

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