Columnista |

El "Que Te Jedi" de Vidal

Dicen que a la suerte hay que ayudarla, y la gobernadora sabe cómo hacerlo.

“Me rompo el alma y el que te jedi recorriendo todos los días el conurbano”, le dijo María Eugenia Vidal a Diego Brancatelli en encendido debate pre PASO en Intratables (América TV). Ese segmento televisivo, que fue luego multiplicado en las redes y reproducido por otros programas aún durante la veda (Mirta Legrand cenando a solas con Jorge Lanata en Canal 13 el sábado 12), duró algo más de seis minutos. Tiempo en el que Vidal fue subiendo el tono, indignándose sin que nada, ni nadie, la interrumpiera. 

Los manuales de comunicación digital dicen que para viralizar audios o videos en la web, éstos no deben superar los 2 minutos. También dicen que el más del millón de reproducciones efectivas que tuvo se debió a que todos esperaban el final que de algún modo conocían, donde Vidal “se saca” describiendo el gran esfuerzo que significa recorrer el conurbano bonaerense, a diario.

Alrededor de esta situación se tejieron mil conjeturas. Hay quienes la compararon con la quema del cajón de Herminio en 1983 (los más jóvenes: googleen). Hay quienes sostienen que se trató de una puesta en escena pergeñada en los fríos teclados de los que dicen saber de comunicación. Hay también quienes lo acusan a Brancatelli de ser parte de la estrategia del gobierno nacional…

No imagino a Vidal tan buena actriz. Vidal fue Vidal en esos minutos, no la gobernadora guionada para “ser buena”. Además, el gobierno nacional no es tan hábil a la hora de preparar a sus voceros (recordar los repetidos gafes del candidato Bullrich). 
Mucho menos creo al pobre Brancatelli capaz de abdicar ahora de “la lucha” (con papelones incluidos) diaria a la que se somete desde hace años. Desde las filas del cristinismo lo acusan hoy de ser “uno de ellos”, algo que para su concepción de la realidad  (y de la vida) puede ser la peor descalificación que un ser humano pueda tener…

“Ellos o nosotros” fue la campaña que propuso el gobierno. El pasado o el cambio. Cristina o Mauricio. Contra todos los pronósticos previos: dio resultado. En el medio, poco y nada. Massa que se suponía la “ancha avenida del medio”, quedó desdibujado perdiendo casi diez puntos en dos años. Desde el cristinismo se esperaba el 35%, aunque también sabían que para ganar, el frente 1País debía hacer una mejor elección. Los votos que perdió Massa se fueron proporcionalmente al oficialismo.

Más allá de las picardías a la hora de cargar las mesas, los votos recurridos y la espera del escrutiño definitivo (aún cuando pueda ser finalmente favorable a Unión Ciudadana), del mapa electoral nacional y provincial se lee un espaldarazo a la gestión Macri. La situación es bien distinta en nuestra región, dónde el trabajo de los intendentes permitió el “empate técnico”. 

El podio de ganadores de las Paso podría ser: 1) Carrió 2) Vidal 3) los intendentes del conurbano.
Y el de los perdedores: 1) Massa 2) Loustaeu 3) Randazzo.

Surgen primeras reflexiones. ¿Qué explica que sectores perjudicados en su economía apuesten aún por el gobierno? ¿A qué miedo se refiere Margarita Stolbizer cuando dice: “ganó el voto del miedo”? ¿La fractura del peronismo seguirá siendo funcional a las estrategias electorales de Cambiemos? Para esta última pregunta hay un ejemplo paradigmático: Florencio Randazzo. Con su exiguo 6% debiera preguntarse si con cumplir alcanza para gobernar, o mejor: ¿qué hubiera pasado si aceptaba ir como candidato a gobernador en 2015?

“Tomorrow never knows”, inmortalizó John Lennon. En todos los casos, de cara a octubre la mesa está servida. Y el voto de la gente no se equivoca. Nunca. 

Buena semana.
 

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