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¡Tengo razón! ¡Esto es así!

Las columnas pasadas vimos que cada persona interpreta la realidad desde su particular manera de mirar y tendemos a seleccionar lo que confirma nuestras creencias.

Emitimos opiniones basadas en esas creencias: “Juan falta seguido” o “No estuviste conmigo en estas vacaciones”. Se llaman opiniones, creencias o juicios. ¿Cómo sabemos si nuestra creencia o juicio es válido? Si vimos alguna película de vaqueros y el lejano oeste, recordamos cómo una persona podía ser llevada a la horca acusada de robo, asesinato o cualquier opinión sin comprobar demasiado los hechos. La cosa fue evolucionando y ahora existe CSI donde investigan con pruebas la inocencia o culpabilidad. Esa es la diferencia entre Juicio, Opinión, Creencia y un Hecho.

El Hecho fundamenta el Juicio. El otro día la Supervisora decía “Juan falta siempre”. Para fundamentar este Juicio, tomamos una estadística de las veces que faltó el empleado. Susana le recriminaba a su hermana Marta: “¡No estuviste conmigo estas vacaciones!". Marta le dijo: “¡De los 10 días que estuvimos juntas salimos a comer 7!”. Susana decía “¡No puede ser!".

Algunas situaciones son difíciles de contabilizar. Sin embargo, es una buena práctica. El ser humano, por naturaleza, tiende a emitir opiniones a la ligera, sin detenerse en comprobar los hechos.

Hasta la próxima.

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