Columnista |

DOSMIL18: SEMANA 14

La semana periodística/informativa se completa con el affaire del “papelito de Caputo

La última semana nos encontramos con singulares declaraciones del ministro Juan José Aranguren acerca de su patrimonio en el exterior. El petrolero no sólo reconoció la existencia de ese dinero en inversiones en países centrales, sino que manifestó su decisión de repatriarlo sólo cuando “la economía de la Argentina vuelva a generar más confianza”. En una suerte de ataque de honestidad brutal se olvidó que él mismo es uno de los primeros actores en ese cambio pos confianza. De hecho, sus decisiones en materia de política energética y tarifas impacta directamente en la economía y las finanzas de millones de argentinos. Para intentar explicar lo inexplicable el propio presidente Macri señaló que en su carácter de ministro, “Aranguren tiene muchas restricciones para invertir ese dinero en el país sin generarse conflictos de intereses”. He aquí la diferencia entre tener como adlátere a Durán Barba (en el caso del presidente) o a uno joven y entusiasta periodista devenido en jefe de prensa (como es el caso del pobre Juanjo).

Esa crisis de confianza en el rumbo económico de la que habla Aranguren tuvo otra visualización esta semana, cuando Carrefour hizo público un comunicado donde le pedía al Ministerio de Trabajo de la Nación un concurso preventivo laboral. La empresa francesa suma su tercer año a perdida y señala su preocupación por la baja en el consumo y la perdida del poder adquisitivo de sus clientes. Carrefour Francia, que tiene en la Argentina casi 500 sucursales y algo más de 20.000 empleados, decidió cambiar al CEO local al tiempo que brindó un salvataje financiero por segunda vez desde que llegó al país (la primera había sido en diciembre de 2001). El rumor del mercado da cuenta que de la mano de la nueva gestión se produciría el cierre de 40 locales y el despido de 3000 empleados. De esto se trataría el pedido de ayuda al gobierno nacional a través del Ministerio de Trabajo.

El caso Oil Combustibles ofreció un nuevo capítulo de su inverosímil historia. La AFIP pidió la quiebra de la compañía a la que le reclama 8000M de pesos. Hay quienes piensan que se trata de darse un tiro en el pie. ¿Cuál sería el beneficio de hacer quebrar a una empresa a la que le estoy reclamando deuda? ¿A quién le cobró después? ¿La estrategia apunta exclusivamente a la liquidación de activos? ¿Hay certezas de que sus valores cubren esa deuda? ¿O si esos activos tienen interesados? Lo cierto es que la empresa petrolera del grupo Indalo es su mascarón de proa y suele asistir económica y financieramente al resto, como en el caso de los medios de comunicación (C5N, radio 10, Pop radio, Minutouno, etc.). Las chances laborales de 4000 familias estarían muy comprometidas si Oil quiebra y arrasta al resto a su misma suerte.

La semana periodística/informativa se completa con el affaire del “papelito de Caputo”. El ministro exponía en el Congreso de la Nación intentando esquivar las balas que legisladores habían preparado. Los temas eran tantos y de tales tenores que le auguraban un partido bien difícil de sobrellevar: offshores, tráfico de influencia y su participación personal y familiar en empresas contratadas por el Estado, eran sólo alguna de las perlitas. Todo transcurría dentro de la virulencia esperable hasta que el influente ministro tuvo una ocurrencia genial: escribió el papelito que ilustra este artículo y se lo hizo llegar a la diputada Gabriela Cerruti. Lo que siguió fue digno de una película de bajo presupuesto. La legisladora se puso de pie ante las cámaras y ofreció una especie de discurso de la indignación que terminó con el levantamiento de la sesión. Luis Caputo, hombre clave en la negociación y manejo de fondos del exterior que le permiten al gobierno aplicar gradualidad al ajuste, se levantó y se fue sonriente. Sin proponérselo, con apenas dos líneas, las edades de sus hijas menores y un desalineado emoticón habían terminado el calvario. Una vez más, la flaqueza dirigencial de la oposición le había sido funcional al gobierno nacional que festejaba como en el fútbol. “Ganamos por goleada”, dicen que dijo el presidente Macri. Ojalá repitamos en el Mundial de Rusia.

Buena semana.

Dejá tu comentario