“Este es un gobierno con minoría institucional y si nosotros tomáramos una actitud de mirarnos un poquito más a nosotros y menos al gobierno para ver cómo ayudar de una manera sana, es cierto que se podría poner peligrosa la Argentina”. La frase no la dijo un dirigente sindical ni un kirchnerista ni Sergio Massa (a quien esta semana el jefe de Gabinete Guillermo Francos acusó de ser “el mecánico del helicóptero”). La afirmación sobre la “Argentina peligrosa” la hizo Martín Yeza, diputado nacional, ex intendente de Pinamar y flamante presidente de la asamblea partidaria del PRO, cargo al que llegó con el apoyo del ex Presidente Mauricio Macri, lo que significó una ruptura con la ministra de Seguridad Patricia Bullrich. El mensaje no es muy sutil: “Sin nosotros se te va a complicar”, le dicen a Milei.
Qué está viendo Mauricio Macri
Por Manuel Nieto (@NietoManuelOk).
Macri viene de encadenar críticas sin disimulo al Gobierno. La primera señal pública fue la presentación de un informe de la Fundación Pensar (think tank del PRO) que, con la firma del mismo Macri, apunta que “hay más interrogantes que certezas” en el rumbo económico del Gobierno de Milei. En el texto también se sostiene que “la actividad y el empleo siguen cayendo y aún no logran recuperarse. Los ingresos no logran ganarle a la inflación acumulada y arrastra al consumo”, en tanto que pondera el “ordenamiento” de algunas variables macroeconómicas. El documento también tiene la firma de la ex gobernadora María Eugenia Vidal, que hasta hace algunas semanas presentaba un apoyo incondicional al Gobierno de Milei, aparentemente con pretensiones de hacerse cargo de un ministerio.
El siguiente golpe de Macri llegó este miércoles, cuando reclamó públicamente al Gobierno que devolviera los fondos de coparticipación que la gestión de Alberto Fernández le había quitado a la Ciudad de Buenos Aires para dárselos a la Provincia. En febrero pasado, Milei anunció que ya no se entregarían esos fondos al Estado Bonaerense, pero nunca se los retornó a CABA, en perjuicio del “pago chico” de Macri, que justamente está en manos de su primo Jorge, el jefe de Gobierno.
Con esa disputa por recursos como trasfondo, Macri le reclamó al Gobierno que cumpla el fallo de la Corte Suprema y devuelva el famoso punto y medio de coparticipación a la Ciudad. “Hay una condición anterior aún más importante que crear nuevas leyes, y es cumplir con las existentes, en especial, cumplir con los fallos irrevocables dictados por la Corte Suprema”, sostuvo Macri en su mensaje. Memorias de los “funcionarios que no funcionan” que describía Cristina Kirchner en sus cartas para fustigar a Alberto Fernández.
Estos desplantes de Macri y de un vocero suyo como Yeza llegan en una semana que tuvo una complejidad especial para Milei por el aumento del dólar, que superó el techo de los $1.400. La ansiedad de los mercados aumenta las presiones sobre el ministro de Economía Luis Caputo para que encare la salida del cepo cambiario y/o convalide una devaluación. Es un frente tormentoso para Milei, que por ahora se viene plantando para mantener el objetivo de la baja de la inflación.
Pero Macri no tuvo piedad. Hizo sus gestos de despegue del Gobierno en un contexto en el cual pueden ser interpretados como un signo de soledad política de Milei. Eso podría desencadenar sobrereacciones por parte de los mercados y más inestabilidad cambiaria.
La relevancia de Macri en este punto radica no tanto en su propio proyecto, sino en su poder de fuego para complicar a un gobierno que, como se encargó de subrayar Yeza, está en “minoría institucional”. ¿Macri quiere lugares para su tropa e intervenir la administración de Milei? ¿O ve un futuro gris del que quiere quedar despegado?
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