Esteban Echeverría |

San Marcos se suma a “Ayudar para ayudar más

Ese es el lema de “Los Ponchitos”, un comedor donde Fabiana y José –su esposo- albergan a cerca de cien chicos necesitados de la zona.

Al ingresar a Faro Chiriguano al 220 se escuchan las primeras risas y gritos. No sucede nada del otro mundo, sino lo más común en cualquier casa de barrio. Niños y niñas juegan al fútbol. Algunos de ellos seguramente sueñen con ser el futuro Juan Román Riquelme, mientras que otros deben tener en su mente vestir la celeste y blanca cual Diego Armando Maradona.

Por otro lado, ellas acompañan las jugadas y tímidamente deciden sumarse. En definitiva es un partido más, que permite despejar esa pequeña cabeza de cualquier necesidad material para priorizar que el balón ingrese a un arco imaginario y acto siguiente, abrazar a su compañero. Ese compañero con quien en este caloroso verano comparte varias horas a diario.

Como si fuera el Monumental, La Bombonera o el Santiago Bernábeu, disfrutan y se divierten. Aunque cuando paran la pelota pueden ubicar que están en su segundo hogar o quizás el primero. Ese mismo espacio que los alberga de las necesidades a las que algunos prefieren hacer oídos sordos. Se trata del Comedor "Mis Ponchitos” que lideran Fabiana y su esposo, José, en compañía de Karina. Con el cual, actualmente, la Comisión Directiva del club San Marcos se puso en contacto para poder aportar su grano de arena.

"Ayudanos a ayudar más”, todo parece indicar que de eso se trata. Al menos así lo entendieron desde la institución deportiva de la ciudad y a su vez esperan que otros imiten la misma actitud. Por esa razón serán los encargados de donar el material necesario como pelotas y arcos, para que los chicos realicen deporte dentro del comedor, que a ciencia cierta es parte de la casa de una familia a la que lo único que le sobra es amor y solidaridad.

"Mi ponchitos” sufre muchas necesidades. Donde las más urgentes tienen que ver con la infraestructura. "Vienen alrededor de cien chicos por semana, el lugar que tenemos ya nos queda chico. Por eso necesitamos, chapas, tirantes y materiales para poder agrandarlo. Sería mucho más cómodo”, expresaron desde la ONG.

A su vez, tal como manifestó José, uno de los pilares importantes, a pesar de estar contento con lo que hacen, no les alcanza. Es que de acuerdo a su testimonio, hay días donde por falta de espacio, algunos chicos tienen que esperar afuera por su plato o tienen que comer parados por la carencia de muebles, tales como sillas y mesas. El cocinero también destacó la importancia del espacio recreativo de los más pequeños, es que "cuando llueve en la cancha se junta agua y es imposible utilizarla”. De esa manera, estarían necesitando nivelar el piso.

Por su parte, Karina, es la encargada de hacer jugar a los chicos. "Los nenes juegan fútbol y las nenas al vóley”, remarcó. Al mismo tiempo evidenció la carencia que existe en el barrio y anticipó que prevén realizar una feria para recaudar lo necesario y de esa manera hacer un lugar mejor para los chicos.

"Es importante la iluminación. Hay días que están hasta las nueve de la noche y les tenes que decir ´anda a tu casa´. Pero no los podes mandar en la oscuridad”, recordó Fabiana, otra encargada de la cocina.

En lo que respecta a la actividad en sí, los lunes y miércoles hay copa de leche, mientras que el sábado está habilitado el comedor y cuando pueden también ofrecen la merienda. Los chicos lo agradecen con una sonrisa, al mejor estilo de gol. Y otra vez se escuchan risas. Las tareas no paran, las necesidades son muchas, y el corazón es grande.

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