Esteban Echeverría |

Él estuvo ahí

El 29 de abril, Hernán Siplovich escribió una historia en la que narra su pasión por el rugby. Ganó y fue entonces uno de los tres elegidos para llevar la pelota en el Millenium de Cardiff, en cuartos del Mundial.

El 18 de octubre se enfrentaron Los Pumas con Irlanda, el encuentro resultó favorable a la selección nacional que logró clasificarse por segunda vez en su historia a una semifinal en un mundial. Un concurso, tres historias entre más de cuatro mil y un momento más en la historia de pasión por este deporte en la vida de Hernán Siplovich. El jugador de la M15 de Monte ingresó al estadio con la pelota al estadio y alentó la gran actuación de los Pumas.
"Momento, único sin dudas. Intentaba no ponerme ansioso ni nervioso, desde abril fecha en que gane el concurso hasta el domingo, y lo venía manejando muy bien. Quince minutos antes del comienzo del partido todo seguía así, y ahí fin a la calma y al manejo de los sentimientos. Se complico al ver al capitán de los pumas viniendo a donde estaba yo, me quebré y lloré como un nenito de la emoción de estar ahí. Ver esa cantidad de gente filmando mirando gritando cantando fue impresionante. Fue algo muy especial, fue hermoso sin dudas, una oportunidad y una experiencia única”, así lo describió Hernán vestido con los colores celeste y blanco, a la vez que sostenía la bandera de Monte Grande en sus manos todo el tiempo. 
Desde abril, son todas emociones y experiencias que se suman a esos once años de crecimiento personal de la mano del deporte que elige a diario. "Cante el himno con todas mis ganas, me sentí un poco puma, este partido histórico no me lo voy a olvidar mas. Fue un excelente partido por parte de los dos equipos pero los pumas supieron mantener su plan de juego, pudieron no desconcentrarse por los nervios, seguir adelantando campo en defensa, y aprovecharon los errores y huecos que comprometían al equipo de la buena suerte, que esta vez no pudo acompañarlos. Estar en presencia de la "palomita” de Juan Imhoff con ese tan deseado try fue algo espectacular”.
Según la historia de Hernán, estos 11 años en el club fueron etapas de trabajo a pleno en los cuales aprendió a ser responsable e ir a entrenar y jugar. La idea que subyace en su relato es que cada persona que llega al rugby es aceptada sin importar su contextura física. Además asigna importancia a la función del rival sin el que no se podría jugar y destaca valores como humildad, respeto y solidaridad.   

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