Esteban Echeverría |

Ivana Correa, una muerte que conmovió a la ciudad

Este año se cumplieron cuatro años de la muerte de Ivana Correa, la joven que fue rociada con alcohol y prendida fuego la madrugada del 23 de enero de 2011 en su casa del barrio Coca Cola.

Luego de seis días de agonía perdió la vida y su ex novio, Roberto Almirón, fue  encontrado culpable y condenado a 18 años de prisión por el Tribunal Oral en lo Criminal 4 de Lomas de Zamora.

 

Lo extraño del caso es que si bien Casación dio sentencia firme al fallo efectuado con anterioridad, el acusado continúa en libertad.  

 

Después de tantos años de lucha y padecimiento, se podía pensar que el caso estaba encaminado y que finalmente la familia iba a poder darle un cierre a su búsqueda de justicia; pero por lo que se puede vislumbrar, el proceso tiene todavía para un largo rato.

 

Si bien, los años de condena para el acusado ya están establecidos, la abogada de Almirón presentó un habeas corpus que permitió que salga en libertad debido a su buena conducta y por no presentar intenciones de fuga.

 

La familia de Correa anticipó que van a apelar el fallo pero son conscientes de que "llega una instancia en la que ya no s puede apelar más” para que Almirón al fin quede detenido.

 

Esta medida no solo provocó la indignación y el enojo de la familia de la victima sino que además acrecentó el temor de una posible represalia por parte del acusado.

 

 "A veces tengo miedo que me mande a hacer algo o venga el mismo”. Expresó Liliana Correa, madre de Ivana y agregó "toda la familia tiene miedo, es capaz de cualquier cosa, imagínate que ya mato a mi hija”.

 

La fiscal Sandra Rull, en los alegatos, había solicitado que el acusado fuera condenado a 23 años de prisión por "homicidio simple", mientras que Gabriel Ponce, abogado de la familia, reclamaba prisión perpetua por homicidio agravado por alevosía.

 

En cambio, la defensa había requerido la absolución del acusado por falta de pruebas contundentes.

La fiscal no pudo reclamar la pena de prisión perpetua prevista en la figura de "femicidio" en estos casos de presunta violencia de género, debido a que el hecho ocurrió antes de diciembre de 2012, cuando entró en vigencia esta reforma al Código Penal.

 

Lo que resulta difícil de entender y genera una sensación de indefensión para la familia de Ivana es el hecho de que teniendo una condena por cumplir, el acusado se encuentre en libertad volviéndose una amenaza latente para ellos.  "Estamos muy tristes porque la verdad es que este tipo tiene que estar preso, es un asesino”, afirmó la mamá de la joven muerta y agregó  "quiero que le nieguen el habeas corpus y lo detengan de una vez porque sino él se maneja como quiere”.

 

Uno de los temas que más preocupan y le causan indignación a la familia Correa es el hecho de que el acusado no tenga una orden de restricción o una pulsera magnética que le impida contactarse con ellos. "A mí la jueza me dijo que Almirón tenía domicilio en Ezeiza pero se ve q no es así” afirmó la mamá de Ivana.

 

Según cuenta la familia de la joven, el acusado está viviendo a tan solo diez cuadras del domicilio de la madre de Ivana. "Esta a pocas cuadras, en la casa de su nueva mujer; yo nunca lo vi, pero tengo vecinos de la zona que me advirtieron que está por el barrio.

 

Estos mismos vecinos son los que tratan de prestar su ayuda y protección a la familia avisándole aunque sea cuando la camioneta de Almirón anda por la zona para que Liliana y sus nietos no lo crucen.

 

Liliana Correa, nunca deja de hacer hincapié que no solo busca justicia para que su hija descanse sino por la seguridad y tranquilidad de sus nietos, Evelyn de 12 años y Benjamín de 5, los dos hijos que dejó Ivana. "Ellos ven una camioneta parecida y me dicen ´ ¿Será Roberto?´. Una clara señal del miedo que sienten los nenes al saber que Almirón continúa en libertad.

 

Reconoce además que los nenes suelen preguntarle por qué está suelto por las calles, en especial, la hija más grande Ivana que es "la que más recuerdos tiene de su madre”.

 

Mientras tanto, la mamá de la joven asesinada hace cuatro años, continúa con su lucha incansable para que el responsable de la muerte de su hija cumpla de forma efectiva su condena y afirma estar "indignada con la justicia” y con la poca seriedad que se ha manejado el caso hasta el momento.

"No estoy conforme, no entiendo como una Jueza que es madre, mujer, defiende a este asesino. Las leyes argentinas no colabora para que mi hija descanse en paz” sentenció Liliana Correa con un tono angustioso pero con la convicción firme de que esta pelea va a continuar hasta que el asesino de su hija cumpla su condena.

 

 

El caso

El episodio trágico ocurrió el 23 de enero del 2011 donde luego de una fuerte discusión, por causas aún desconocidas, entre Ivana Correa (23) y Roberto Almirón (53) terminó con la joven prendida fuego. La mujer fue trasladada envuelta en una sábana por el acusado hasta el hospital Santamarina de Monte Grande donde también debió ser atendido por presentar quemaduras en sus manos.

 

A seis días de sufrir las graves quemaduras, Ivana, que era madre de una nena de 7 años y un varón de 1, murió en el hospital San Martín de La Plata a causa que su cuadro se había agravado y había sido trasladada hasta ese lugar.

 

El acusado había declarado que la propia Ivana se había prendido fuego pero las acusaciones de la madre de la joven y la  botella de alcohol que se encontró en la casa Almirón echaron por el suelo su defensa y lo convirtieron en el único condenado.


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