Sabrina Del Prado (42) y Fernando Camil (40) fueron vecinos durante muchos años en el barrio San José de Temperley. Fernando atendía un comercio al que Sabrina iba a comprar y ahí tuvieron sus primeras miradas, pero como él estaba en pareja el vínculo no avanzó. Luego no se pudieron ver por varios años, ya que cada uno siguió distintos caminos hasta que un largo tiempo después se reencontraron por casualidad: y ahí resurgió el amor.
Historia de amor en Temperley: se reencontraron luego de 15 años en un Uber y no se separaron más
Los vecinos de Temperley se casaron en diciembre tras dos años de noviazgo. La relación comenzó en un viaje en Uber, que se dio tras una distancia de 15 años.
14 de febrero de 2025 - 11:50
Quince años después, en 2022, Sabrina pidió un Uber para ir a una reunión y se encontró con que el conductor era Fernando. “Él ya había dejado los locales que tenía, y se estaba dedicando a hacer viajes. Ahí lo reconocí y empezamos a charlar”, recordó la mujer en diálogo con El Diario Sur.
En ese momento se dio el flechazo definitivo y los dos vecinos comenzaron a tener citas. “Yo tenía algo de miedo porque nunca había salido con nadie del barrio, y no sabía bien cómo era su historia”, planteó Sabrina. “Él ya estaba separado, ambos habíamos sufrido situaciones difíciles y estábamos solos. No confiábamos mucho en el amor y en volver a empezar con algo”, subrayó la mujer, que trabaja como profesora de Economía en escuelas secundarias.
Así empezó la historia de amor de la pareja que recuerda la fecha exacta en la que se produjo el reencuentro, un 22 de abril de 2022. “Nos conocimos, nos enamoramos, y no nos separamos más. Y de ahí, pasamos un montón de luchas, situaciones, pero las pudimos sobrellevar”, explicó Sabrina.
Tuvieron dos años de noviazgo hasta que el 8 de diciembre de 2024, con una ceremonia en una casa de té de Temperley se casaron con la bendición de un pastor pusieron el broche de oro a su historia de amor. Ahora llega el momento de cumplir el sueño en el que coincidieron ambos: tener un hijo y agrandar la nueva familia.
“Estas son edades donde ya pasamos mucho de la vida. Honestamente pensé que nunca me iba a casar. Sí, lo deseaba, pero sabía que tenía que llegar una persona en la cual yo me sienta bien, me sienta segura, y además que sienta que realmente estoy enamorada”, finalizó la vecina.
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