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100 años de la técnica que permitió salvar millones de vidas

El 9 de noviembre se cumple un siglo desde que el médico argentino Luis Agote realizó la primera transfusión sanguínea anticoagulada con citrato de sodio. Hoy es una técnica aplicada alrededor del mundo que permite salvar a miles de personas.

1914 nacía uno de los grandes conflictos bélicos, la Primer Guerra Mundial, y, paradójicamente, también se descubría un método efectivo de transmitir sangre de una persona a otra y que ésta la aceptase: la transfusión.

Fue un médico argentino, Luis Agote, quién el 9 de noviembre en el Instituto Modelo del Hospital Rawson de Buenos Aires logró realizar la primera transfusión, efectuando pruebas con conservantes y anticoagulantes en su propio cuerpo.

Si bien desde el siglo XIX se llevaban a cabo estas transfusiones de sangre, las mismas se hacían con un paso directo mediante tubuladoras conectoras entre dador y receptor, no obstante, la sangre no podía ser almacenada para su posterior uso. La técnica fue perfeccionándose con los estudios de la sangre, los conocimientos sobre el grupo sanguíneo y el factor RH, que permitieron una mayor aceptación de la sangre en los pacientes receptores pero aun así no podían lograr encontrar el elemento para su conservación.

El doctor Luis Agote encontró una razón plenamente solidaria para comenzar a indagar. Preocupado por las continuas hemorragias que padecía un niño hemofílico e imposibilitado de aplicar los métodos de transfusión existente se dedicó a estudiar el tema. El primer punto a investigar era cómo evitar a coagulación de la sangre mientras ésta estaba fuera del cuerpo. Tras atar cabos y recordar que el citrato neutro de sodio impedía la coagulación de las proteínas del huevo, decidió probar dicho elemento dejando 100 mililitros de sangre líquida guarda por 15 días.

La segunda etapa fue probar que la sustancia agregada no afectaba ni al recepto ni a la sangre a traspasar, que la misma conservaría sus propiedades. Fue el mismo agote quien decidió inyectarse altas dosis de citrato neutro de sodio comprobando así la inocuidad para el cuerpo humano.

La primera beneficiaria de esta técnica fue una madre que sufría de hemorragias pos parto, siendo el donante uno de los porteros del Instituto Modelo. Los beneficios son muy amplios. No sólo permitió salvar millones de vidas sino que también permitió nuevos descubrimientos en la medicina a nivel mundial, siendo base de avances en el desarrollo de cirugías, trasplantes y tratamientos oncológicos.

Humilde con su descubrimiento, lejos de pensar en patentarlo en una primera instancia, Agote pidió al gobierno nacional de aquella época que transmitiera la experiencia a los países beligerantes, donde sería de gran ayuda en los tiempos de guerra.

Por su actitud solidaria pero sobre todo por el trascendente descubrimiento, todos los 9 de noviembre se le brinda un homenaje. "Descubrimientos como el alcanzado por Agote hablan de la calidad de nuestros científicos, y no por casualidad Argentina cuenta con tres premios Nobel en ciencia, una distinción que ningún otro país de la región pudo alcanzar", celebró el ministro de Salud, Juan Manzur, en relación con el centenario a festejar.

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