Columnista |

28 AÑOS DESPUÉS, SALUD!

Está bueno que recuperemos los hechos fácticos de la historia, que no admiten grietas ni dobles, o triples lecturas. Sólo así podremos pensar en un futuro mejor.

Un día como hoy (7 de julio), hace 28 años me casaba con Adriana Gutiérrez. Al otro día asumía Carlos Menem su primera presidencia. La gran esperanza de la recuperación democrática que había impulsado Raúl Alfonsín en 1983, terminaba con un 198% de inflación mensual.  

Cuando salíamos de la Iglesia sólo tenía nafta para llegar al salón mientras que las estaciones de servicio descolgaban las mangueras. Nadie sabía muy bien qué iba a pasar, pero todos intentaban cuidar los devaluados australes. Hacía un frío tremendo. 
De repente, puteábamos a Alfonsín y nos ilusionábamos con la "revolución productiva y el no los voy a defraudar".
 
A días de llegar a Bariloche en plan luna de miel se murió el ministro de economía Miguel Ángel Roig y asumió Néstor Mario Rapanelli. Los dos venían de Bunge y Born. Los dos habían sucedido a los radicales Jesús Rodríguez y Juan Carlos Pugliese. Este último firma una de las mejores frases de la historia política de la Argentina: "Les hablé con el corazón y me contestaron con el bolsillo”. Todo sucedía en medio de una gran corrida bancaria. 
 
Después de 2 años zigzagueantes llegó el 1 a 1, y también los retiros voluntarios financiados con las privatizaciones de: Aerolíneas Argentinas, Entel, Gas del Estado, YPF, la Caja Nacional de Ahorro y Seguro, Encotel, los Aeropuertos, los Ferrocarriles, Sierra Grande, Obras Sanitarias de la Nación, SEGBA, SOMISA, TANDANOR, Yacimientos Carboníferos Fiscales y siguen las firmas. En fin, vendimos todo lo que podíamos vender. Y un poquito más también. 
 
El Estado argentino se declaraba bobo y dejaba en manos de "quienes lo sabían hacer mejor” muchos de los servicios públicos básicos de una nación. Esta situación nos hizo vivir años que algunos aún hoy extrañan. Habíamos entrado al mundo por la puerta grande, el "deme dos” de la economía militar se transformó en una suerte de "deme todo”.
 
Así, vimos como algunas de las empresas de mayor tradición local eran billeteadas por desconocidos fondos de inversión que de repente creían en el "milagro argentino”.
Menem fue tan voraz que soportó en silencio la muerte de un hijo que hoy declara víctima de un atentado. Y tan voraz que fue capaz de volar un pueblo para ocultar una venta ilegal de armas. 
La Argentina explotó en 2001. Después de la tibieza de una Alianza que solo había nacido para llegar al poder, pero no tenía equipo ni proyecto. 
 
La historia reciente habla de inclusión y nacionalizaciones de lo que había privatizado Menem, seguidas por contundentes denuncias por corrupción y malversación de fondos públicos que le abrieron la puerta al macrismo. Está bueno que recuperemos los hechos fácticos de la historia, que no admiten grietas ni dobles, o triples lecturas. Sólo así podremos pensar en un futuro mejor.
Mientras tanto, hoy en mi casa, se celebran 28 años de elegida  vida compartida.
 
Buena semana.

Dejá tu comentario