En diálogo con El Diario Sur, cuatro emprendedoras de Zona Sur coincidieron en que no cambiarían sus emprendimientos por un trabajo en relación de dependencia.
Cuando terminó el colegio, Brisa Ojeda, quien tiene 21 años y es vecina de Luis Guillón, decidió que quería hacer un curso. “En realidad me había anotado a otro, pero llegué al de manicuría completa con Daiana Duarte. Me ofreció si quería quedarme y así arranqué”, contó entre risas a El Diario Sur.
A partir de allí, formó su propio emprendimiento llamado “Milan Beauty”. Después de dedicarse a hacer uñas durante más de dos años, la vecina comentó que lo que más le gusta de su trabajo es manejar sus propios horarios, trabajar a su propio ritmo y organizarse sola. Sin embargo, encuentra algunas complicaciones: “Lo que más me cuesta es encargarme de la agenda, el material, el trabajo y la atención sola, eso a veces hace que me pierda un poco”.
A pesar de esto, remarcó que sus clientas “son súper comprensivas y eso se valora un montón”. “Con todas me llevo súper bien, me cuentan muchas cosas e intento que se sientan cómodas no sólo con el trabajo, sino conmigo también”, añadió.
Además, explicó que, en el caso de tener la posibilidad de tener un empleo en blanco y en relación de dependencia, lo haría con el objetivo de trabajar de lo que estudia actualmente, pero en sus tiempos libres no dejaría de atender a sus clientas fijas “ni loca”, ya que asegura estar enamorada de su trabajo actual.
Desde hace varios años que Gabriela Maglio decidió empezar a tejer. En primer lugar, tomó esta iniciativa porque es algo que le encanta hacer, y también porque le permite generar ingresos extras, ya que tiene un trabajo en una empresa, en relación de dependencia.
“Lo realizo como extra, porque vivir solamente de esto es imposible, no es factible vivir del emprendimiento”, expresó en diálogo con El Diario Sur Gabriela, vecina de Lomas de Zamora.
Y añadió: “Creo que el trabajo artesanal está muy poco valorado, pero en realidad son trabajos que requieren mucho tiempo y dedicación”.
A pesar de esto, la vecina aseguró que siempre seguiría haciéndolo, más allá de tener otro trabajo o no: “Lo hago porque me gusta mucho tejer, más allá de que haya gente que lo valore o no”.
Para este tiempo, Gabriela realiza artesanías con motivos navideños, como por ejemplo gnomos y otros artículos decorativos. Esto es lo que más se llevan los vecinos en esta época del año.
Quienes quieran conocer más sobre el trabajo de la vecina pueden hacerlo a través de sus redes sociales: @tejidoslokadia. Además, también se la puede encontrar vendiendo sus artesanías en la estación de Lomas de Zamora, donde realiza entregas.
Jessica Giani tiene 29 años, es vecina de Monte Grande y su emprendimiento lleva el nombre de Bye Motta. Si bien contó que desde muy chica fue “coqueta” y que encontró una “fascinación por el mundo de la estética”, diez años atrás tomó la decisión de sumergirse en el mundo de los alisados y los tratamientos capilares.
“Estudié y me perfeccioné muchísimo específicamente en eso. Hoy en día soy una profesional matriculada y de las pocas mujeres de Argentina que trabaja con tecnologías y técnicas internacionales”, remarcó la vecina en diálogo con El Diario Sur.
Acerca de la experiencia de ser “su propia jefa”, Jessica explicó: “Lo que más me gusta, además de manejar mis tiempos o vacaciones, es que me encanta porque lo hago para mí, siempre estoy pensando en cómo mejorar mi emprendimiento para crecer y seguir perfeccionándome, es algo que me mantiene súper activa”.
A pesar de estas ventajas de llevar adelante su propio trabajo, la vecina sostuvo que tiene algunas complicaciones: “Soy una persona muy autoexigente y eso me impide, por ejemplo, cancelar la agenda laboral cuando estoy enferma o me siento mal”.
Sin embargo, aseguró que, aunque tuviera la posibilidad de trabajar en relación de dependencia no lo haría: “Seguiría siendo emprendedora y manejándome por mi cuenta, porque amo lo que hago y un trabajo en blanco a veces no te genera esa pasión”.
Finalmente, Jessica detalló que es lo que sus clientes le piden en este tiempo: “Últimamente sale mucho el alisado deluxe con láser fotónico y nanotecnología, que son tecnologías internacionales que se utilizan para los alisados”.
Guillermina De Paoli vive en Monte Grande y actualmente lleva adelante su emprendimiento llamado “Pequeños Reyes”, a través del cual vende artículos de blanquería y otros productos para los más chicos, fabricados por ella misma.
“Estudié producción de indumentaria y después de recibirme trabajé en una empresa en Paternal, pero una vez que me casé me di cuenta de que ese trabajo no coincidía con nuestro proyecto familiar, ya que me iba muy temprano y volvía muy tarde, no estaba nunca”, contó a El Diario Sur la vecina.
Y continuó: “A mí el trabajo me encantaba, pero en vez de dejar mi salud y mis horas en algo que no era mío, decidí hacer algo propio y así fue como empezó mi emprendimiento, ‘Pequeños reyes’”.
“Esta decisión me permitió criar a mi hija y estar presente en todos los momentos importantes de su vida”, remarcó. Y añadió: “Lo que más me gusta es manejar mis propios tiempos, saber que puedo llevarla al médico sin problema y estar con mi familia. No cambiaría esa posibilidad, menos teniendo el apoyo de mi esposo”.
En cuanto a sus creaciones, detalló que suelen pedirle muchos productos personalizados. “Puedo bordar el nombre y el cliente puede elegir las telas que quiera, se puede crear lo que ellos se imaginan. Poder ver eso materializado, saber que lo hice con mis manos y que al cliente le guste es el mayor placer, más allá de lo económico”, expresó Guillermina. Y concluyó: “Hay mucho amor detrás de cada producto”.
Quienes quieran conocer más acerca del trabajo de la vecina, pueden hacerlo a través de sus redes sociales, donde se puede encontrar su emprendimiento como @pequereyesblanqueria.
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