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Aptos físicos: una obligación antes de empezar las clases

Si bien en la mayoría de las escuelas basta con que los padres o tutores completen la planilla de salud en los cuadernos de comunicación, es necesario realizar un control completo de los chicos antes de comenzar las clases o cualquier actividad física. ¿Cuáles son los exámenes necesarios?

Se aproximan las clases y con ellas los preparativos para que los chicos comiencen con todo lo necesario. No obstante, muchas veces se pone un gran énfasis en las cosas materiales: los útiles, las mochilas y uniformes, pero no se tienen en cuenta los chequeos necesarios para el inicio del ciclo lectivo.

Si bien en todas las escuelas los cuadernos de comunicación tienen un permiso que los padres o tutores deben llenar para que sus hijos puedan realizar actividades físicas, éste es un simple cuestionario que no necesita la intervención de un médico. ¿Es alérgico? ¿Pasó por alguna enfermedad infectocontagiosa? ¿Padece alguna enfermedad o trastorno? Suelen ser algunas de las preguntas generales que en ellos se pueden encontrar, para las que basta la memoria de una madre.

No obstante, es necesario y recomendable hacer al inicio del año un chequeo completo de la salud, no sólo para el caso de las actividades físicas de los chicos que van a un club o realizan una actividad física de alto impacto.

En el caso de que los certificados médicos sean obligatorios, constan de una completa batería de estudios por realizar. No sólo basta con los exámenes cardiológicos para determinar si un chico puede o no realizar una actividad física, sino que también es necesaria una audiometría, un control oftalmológico, una consulta clínica o pediátrica y un control traumatológico.

Más allá de que sea o no exigido por las entidades escolares o los clubes donde se realizan actividades deportivas, el certificado del apto físico es uno de los pasos que se debe cumplir para una práctica segura de cualquier ejercicio físico. Es así que por Ley, número 139/98, los gimnasios están obligados a solicitar estos estudios, avalados por un médico.

El objetivo principal es, justamente, detectar antes de que se produzca una tragedia, si los chicos, jóvenes o adultos, padecen algún tipo de dolencia, patología o malformación que pueda afectarlos a la hora de realizar una actividad de gran exigencia.

A través de un cuestionario, exámenes físicos y estudios complementarios se comprueba la aptitud de una persona, teniendo en consideración también características personales como la edad, sexo y actividad que desea realizar.

En este caso, los estudios se basan en tres áreas: un examen clínico o pediátrico, un chequeo traumatológico y una prueba cardiovascular, donde se detectará si existen patologías preexistentes que puedan generar algún riesgo.

Si bien muchas veces existe el prejuicio de que con un apto cardiológico basta y sobra, es necesario un enfoque multidisciplinario. No obstante, es necesario un amplio estudio de las condiciones del corazón; en el caso de emprender deportes competitivos es necesario un examen físico, un electrocardiograma en reposo, como mínimo. El doctor podrá sugerir también realizar una ergometría y/o un ecodoppler de creerlo necesario dependiendo de las condiciones físicas y la edad del paciente.

Por otro lado, en el caso de estar en edad escolar, es central realizar una vez al año un control oftalmológico ya que muchas veces los problemas de aprendizaje que se desarrollan posteriormente pueden deberse a una deficiencia en la vista.

Está comprobado que los primeros 10 o 12 años, el 80 por ciento de lo que se aprende suele ser visual, ingresa por los ojos. Esta estrategia está incorporada y utilizada incluso en los materiales educativos que se utilizan en las escuelas, por lo que una dificultad en la vista puede ocasionar problemas en un futuro.

Desde pequeños, los chicos pueden presentar diferentes trastornos de la visión: errores de refracción, como es el caso de la miopía, dificultad para ver de lejos; hipermetropía, dificultad para ver de cerca; o astigmatismo, que es la complicación para enfocar, ya sea de cerca o de lejos. Otros trastornos de la vista, menos frecuentes pero presentes, son la ambliopía, que es cuando un ojo es débil o tiene menor fuerza visual, también conocido como "ojo perezoso"; el estrabismo o desviación de un ojo; y otros menos frecuentes como los problemas derivados de la diabetes, glaucoma e incluso cáncer.

También es imprescindible en edad escolar comprobar la audición mediante una audiometría. Con todos estos chequeos, los padres y docentes tendrán un panorama más certero de los chicos con quienes tratan, sus fortalezas y debilidades.

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