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Octubre fatal en San Vicente: murieron tres adolescentes en dos semanas

Alexis, de 16 años, falleció al chocar con su moto. Mirco, de 15, sufría una discapacidad y su padre lo mató a golpes. E Ismael, también de 15, recibió accidentalmente un disparo en el rostro cuando estaba de caza con sus amigos. Todo ocurrió con doce días de diferencia.

Alexis, Mirco e Ismael tenían entre 15 y 16 años y vivían en San Vicente. No eran amigos, y no se sabe si se conocieron entre ellos, pero es probable que más de una vez se hayan cruzado por las calles del Distrito. Sus vidas, jóvenes y con mucho por delante, terminaron entre el 1º y el 12 de este mes de octubre; en todos los casos en circunstancias trágicas: un choque, una golpiza y un disparo se los llevaron para siempre.

El choque de Alexis

El jueves 1º de octubre al mediodía Alexis Basualdo, de 16 años, viajaba sin casco en su moto Honda azul, desde Alejandro Korn a San Vicente. Sobre la avenida Presidente Perón, justo en la esquina de la calle Cabildo, donde comienza el country Daromy, ocurrió lo peor. En una maniobra que la Policía nunca pudo aclarar, el joven Alexis se llevó puesto con su moto un auto y quedó literalmente incrustado en la puerta del conductor.

Golpeó de lleno su cabeza contra el coche, un Corsa verde, y perdió la vida de inmediato. Su cuerpo, sin vida y derramando sangre, quedó tendido en el asfalto de la ruta, todavía montado a la moto, mientras se acumulaban familiares y amigos, que lloraban la terrible pérdida.

El conductor del auto, por su parte, un hombre de 60 años oriundo de Domselaar identificado como Agustín Ibarra, sufrió severas fracturas y fue trasladado al hospital Ramón Carrillo, donde murió al día siguiente.

Según informaron desde la Comisaría Primera de San Vicente, Alexis era vecino de Alejandro Korn. Y aunque las causas del accidente no pudieron ser precisadas por los peritos, la escena que quedó montada después de la tragedia dio algunas señales: el auto estaba atravesado en el medio de los dos carriles de la avenida –justo en el espacio libre que deja el boulevard en la esquina-, mientras que la moto estaba perfectamente clavada en la puerta del conductor.

El brutal asesinato de Mirco

Mirco Bellido tenía 15 años y severas discapacidades motrices y neuronales a causa de los dos males que padecía: la malformación de Chiari y el Síndrome de Proteus. El joven no podía trasladarse por sus propios medios –lo hacía en una silla de ruedas- y asistía a clases a la escuela especial Nº501 de Alejandro Korn.

Vecino del barrio San José, donde vivía con su padre y su hermana, para Mirco el domingo 4 de octubre fue el último. Según publicó en su edición impresa el sensacionalista diario Crónica, durante aquel mediodía el joven se habría orinado encima y su padre –de carácter violento, que solía maltratarlo- reaccionó de la peor manera. "Te prometo que no lo hago nunca más”, intentó defenderse Mirco, aunque ya era tarde. Miguel Ángel Bellido, de 59 años, le dio una paliza que terminó con su vida.

Algunos vecinos escucharon el ruido de los golpes, pero la Policía no recibió la denuncia hasta las 15, cuando un familiar que pasó por la casa tomó contacto con la información. En un principio, un médico oficial fue hasta el domicilio ubicado sobre la calle Catamarca entre Toso y Costa y, al ver el cuerpo lesionado, dispuso la "averiguación por causales de muerte”. Personal de la UFI 11 de La Plata y de la Comisaría de Alejandro Korn se acercaron hasta el lugar y empezaron a interrogar algunos testigos y a la gente del barrio. Y el resultado de la investigación quedó claro: Miguel Ángel Bellido, presunto filicida, quedó detenido esa misma tarde, y no opuso ninguna resistencia.

Bellido estuvo preso cuatro días en la Comisaría de Korn, donde se negó a declarar y prácticamente se mantuvo en silencio. "Se lo nota como ido, pero no sé si no se está haciendo”, confiaba en aquel entonces a El Diario San Vicente una fuente policial. Luego de su estadía local, Bellido fue trasladado a la Comisaría de Ranchos, donde permanecía a la espera de novedades en la causa, caratulada como "homicidio calificado y agravado por vínculo” a cargo del fiscal Álvaro Garganta.

La trágica muerte de Ismael

Ismael tenía 15 años y era hijo de una familia tradicional de San Vicente. Alumno del Instituto Agrotécnico San José, sus compañeros, amigos y docentes no dudan en señalarlo como un buen chico. Un suceso trágico, que conmocionó a todo el pueblo, terminó con su vida el lunes 12 de octubre.

Ismael había ido el domingo a cazar al campo de un amigo, junto con otro compañero. Según fuentes policiales, los tres adolescentes fueron habilitados por sus padres por primera vez para usar armas. En el campo, ubicado entre la Ruta 6 y la 16, cazaron desde las 17 hasta las 19, y sobre el final de la excursión, cuando ya habían sacado los cartuchos de la escopeta, pasó lo peor. Apareció una liebre y uno de los chicos –el que no es hijo del dueño del campo- quiso volver a armar el pistolón calibre 16 que llevaban. Y en un mal movimiento, propio de la inexperiencia, le dio un disparo de lleno a Ismael, en la zona de uno de sus ojos.

El dueño del campo, Oscar Landaburu, que se hallaba a algunos metros de donde ocurrió la tragedia preparando un asado, escuchó el disparo y los gritos y fue alertado de lo sucedido por el chico que accionó, sin querer, el arma. Ante el dramático panorama, desde el campo llamaron una ambulancia, pero como no venía, Landaburu cargó a Ismael en su camioneta y lo trasladó hasta la Clínica Privada San Vicente. En un estado gravísimo, fue trasladado a las 23 en una ambulancia de alta complejidad hasta el Sanatorio de los Arcos de Capital Federal, donde falleció a las dos de la madrugada.

Con un multitudinario acompañamiento, los restos de Ismael fueron despedidos el martes siguiente, en San Vicente.

 

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