San Vicente |

La diversidad de especies en la Laguna de San Vicente es alta a pesar de la urbanización

Hay más de 120 tipos de aves que se pueden avistar en los senderos de la reserva natural. Aumentan las especies y los individuos por tratarse de un área protegida.

Más de 160 especies de animales conviven en la reserva natural de la Laguna de San Vicente, según detallaron a El Diario Sur desde el Municipio. A pesar de la urbanización en toda la región, la biodiversidad es alta y los guardaparques aseguran que tiende a crecer por tratarse de un espacio conservado en un contexto en el que cada vez hay menos ambientes para el desarrollo de las especies. 

La reserva tiene un total de 132 hectáreas protegidas, entre las que se incluye al espejo de agua de la laguna, que es afluente del arroyo San Vicente y que finalmente desemboca en el Río Samborombón. El sector más destacado para los amantes de la naturaleza es el de los senderos, ubicado sobre la calle San Luis. En esa zona hay un recorrido de un kilómetro y medio, donde se puede hacer avistaje de las más de 120 especies de aves que están presentes. 

Entre los "bichos" que viven en la laguna y sus alrededores, hay algunas vedettes. Ese es el caso de los carpinchos, el roedor más grande de la Argentina que había llegado a desaparecer de la zona. Una pareja de esa especie se instaló allí en los últimos años y en 2017 tuvo cría. También aparecieron los chajás, que antes solo sobrevolaban el espejo de agua y ahora hay un grupo que se mudó a la laguna. Los lagartos overos, con sus imponentes rasgos jurásicos, son también protagonistas. 

"La reserva consiste en un sistema de humedales con un talar, que es la parte donde se hicieron los senderos. También tiene el totoral, que son los pajonales", explica el guardaparques José Rodríguez, uno de los encargados del área. "Notamos que ha ido aumentando el número de especies y la cantidad de individuos. Eso remarca la importancia de tener este área protegida y demuestra que es un buen lugar para que aniden especies como las cigüeñas, los patos y las garzas". 

El aficionado al avistaje de aves y fotógrafo Hernán Tolosa, que es oriundo de San Miguel del Monte, conoció la reserva el año pasado. "Es un lugar muy interesante, con muchas aves y vegetación. Predominan las especies de ambientes palustres y las acuáticas. Se destacan los patos, los caracoleros, el gavilán planeador, el cuervillo cara pelada, el siete vestidos, el doradito y el arañero cara negra", se entusiasma. 

"Funciona tanto como un pulmón verde para el ser humano, como para proteger a los animales. Se mantiene muy bien el equilibrio", describe Rodríguez. Los senderos se pueden recorrer los fines de semana a partir del mediodía hasta las 16. "La gente puede venir a hacer avistaje, pasear, tomar mate", recomienda el guardaparques. 

"Para mí esto es muy destacable porque a pesar de que la superficie es pequeña comparada con otras lagunas del interior de la provincia, pueden mostrar una gran diversidad y sirve para educar a los visitantes", reflexiona Tolosa. "Hoy si le preguntamos a un chico por los animales de su país es posible que diga una cebra, un elefante o un tigre, sin saber cuáles son los que tiene cerca de su casa", agrega. 

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