San Vicente |

El recuerdo de un San Vicente con ferrocarril

El 1° de diciembre de 1928 fue la primera vez que una formación con tripulación recorría los rieles de estas tierras. La emoción de quienes aún recuerdan esos tiempos.

Adolfo Escudero es un vecino con muy buena memoria. Y la suerte está de neustro lado cuando se tiene el placer de que cuente todo lo que sabe, recuerda o aprendió a lo largo de su vida por estos lados.

Su historia tiene que ver con el tren, un servicio con el que hoy no cuentan los sanvicentinos y que la gran mayoría lo añora.

"En ese momento San Vicente era una aldea y antes del año 20’ se juntaron algunos vecinos con un político de ese tiempo que se llamaba Bioca, y fueron a juntar firmas para pedir el tren. Trataron el proceso en el Concejo Deliberante y después de varios estudios aprueban en el Congreso el pedido de extender hasta nuestro pueblo las vías”, resalta el comienzo de nuestra historia.

"Imagínate la alegría de la gente con el ferrocarril acá. Planifican el tendido de los rieles y el 1° de diciembre de 1928 se habilita la estación para el servicio público de pasajeros. Actualmente la estación se mantiene tal como en aquel entonces y así funcionó el ferrocarril hasta el año 1978, cuando se suspende el servicio de pasajeros. En aquel entonces ya eran tiempos nefastos para la red ferroviaria argentina por el plan Larkin del tiempo de la dictadura”, relata entristecido lo que fue el comienzo del fin. "Quedó solamente el servicio de trenes de carga y después definitivamente desapareció el servicio ferroviario”.

"San Vicente es un pueblo dormitorio: no tiene vida propia, y como en todo pueblo del conurbano ha venido mucha gente a vivir; ya sea por la densidad poblacional que aumentó, el problema es que la gente viaja y se hace más largo y más caro el trayecto. Esta localidad prosperó como todo pueblo gracias a los ferrocarriles”, analiza totalmente convencido.

Retomando el relato de aquel día histórico, con su buena memoria, Adolfo revela: "El día de la inauguración los pocos vecinos que habían, estaban todos reunidos en la estación y el colegio que le decían ‘de monjas’, actual colegio San José estaban todos los docentes con sus alumnos allí y cuando vieron asomarse el tren tocaron las campanas de la iglesia y en el edificio municipal dispararon bombas de estruendo”.

"En el primer tren viajaron las autoridades del Ferrocarril Sur, gente de la política de ese tiempo, estancieros y algunos vecinos de acá. Todavía hay algunos pocos que cuando eran chicos presenciaron ese momento. Uno de ellos es Ernesto Saraco que tiene como 94 años y gracias a dios está lúcido y me comentaba la vez pasada que el padre lo había llevado a la inauguración. Fue algo maravilloso, poquita población y que se consiguiera ese servicio era algo increíble. Y hoy prácticamente no hacen nada para poder recuperarlo; espero que lo podamos tener algún día”, sueña en voz alta Adolfo.

-¿Por qué cree que hay vecinos que no quiere que vuelva el tren?

Hay gente que no necesita trabajar, que tiene la suerte de una buena posesión económica y argumenta que vienen las villas y resulta que en San Vicente ya tenemos villas. Pero eso depende de que los vecinos pidan al municipio de que haya más seguridad, entonces las autoridades del HCD deben administrar bien los terrenos fiscales que quedan; que no los dejen usurpar. Si hay un poquito de voluntad política y colaboración para con los vecinos, esto tiene solución”.

"Acá tenemos una pequeña comisión que se llama ‘Los amigos de la estación San Vicente’ y ahora está un poco dormida. Uno de los miembros ha sido el señor Bosco Guillermo y un familiar de él integró la comisión del personal con la que llegó el primer tren”, explica.

"Los sanvicentinos precisamos el tren pero hay intereses también de que no venga porque los colectivos se van a quedar sin trabajo y eso es mentira. Porque yo me acuerdo que estaba trabajando cuando se planificó el tren a la localidad de Glew y los choferes pobres estaban desesperados y fíjese cuántos servicios nuevos existen actualmente con el tren funcionando a la par. El problema es que acá, los micros que entran y salen actualmente, que son la línea San Vicente y los 404, están circulando por las mismas calles que desde hace 20 años, no se extendió el recorrido a otros sectores y la población creció considerablemente”, expone el protagonista de este relato.

"También le voy a recordar que acá hubo dos líneas férreas: la trocha que pasaba donde es hoy Guernica que se inauguró un día patrio, no recuerdo si fue en 1910 o 1909. Todavía queda parte de esas vías, apenas se sale de la actual estación. Esa iba de González Catán al puerto de La Plata, después el tren dejó de circular y para hacer la avenida sacaron el puente que está cerca del hospital de Guernica”, recrea y continua "donde ahora está el Concejo Deliberante perteneció a Ferrocarril Oeste, y no me va a creer lo que había en ese momento. En la época en que el presidente del país era Saenz Peña, él tenía una estancia aquí, entonces claro, como todos tiran agua para su quintita y La Plata todavía no tenía tren nacional y lo más cercano terminaba en la estación Haedo, entonces Saenz Peña, quería que pasara por San Vicente, y contrató a tres ingenieros franceses que los trajo con la familia incluida. Hay fotocopias que le mandaba creo que al Ministro de Educación donde le pedía que buscara casas para alquilar para los ingenieros y su familia. Finalmente alquilan la propiedad, la cual comprarán tiempo más tarde. Cuando se hace el estudio, ésta gente informa que había que gastar mucho más de lo pensado porque ellos traían el tren desde Cañuelas y eran terrenos muy bajos, asique todo quedó sin efecto. Las propiedades que se habían comprado acá quedaron y cuando surge el telégrafo, la primera sucursal de todas se inició acá, algo que muy poca gente sabe. Después despareció, siendo superada por otros medios de comunicación y queda el edificio y ahí funcionó después el Juzgado de Paz. Cuando vienen lo militares ponen otro edificio para las necesidades modernas hasta que finalmente se restauró el edificio para su uso actual, que es la sede del HCD”, finaliza Adolfo Escudero, vecino de memoria privilegiada que no duda en compartir con sus pares todo su saber sobre estas tierras.

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