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Primicia exclusiva: Messi jugará el mundial de Qatar por España

Casi 300.000 argentinos viven hoy en España. 300.000 amantes del mate y las facturas, que arman peñas futboleras, e impulsaron el consumo del malbec y el dulce de leche. Y que no discuten a Messi. Por Ricardo Varela.

La noticia que no logró Marca de Madrid, ni el Mundo Deportivo de Barcelona la tuvimos nosotros en exclusiva para nuestros lectores del Diario Sur: Messi jugará el próximo mundial con la camiseta Adidas de España.

Todo el trámite para su nacionalización tuvo muchos cómplices que guardaron estricto silencio, mientras el astro juega sus últimos partidos con la celeste y blanca en la Copa América que se disputa en Brasil (que no fue ni en la conmocionada Colombia, ni en la Argentina desbordada por el Covid).

Se trata de una noticia que no sólo conmociona al mundo del fútbol, y que alcanzará una repercusión internacional que nos convertirá muy probablemente en el medio más leído durante los próximos días.

Tal vez alguno nos desmientan, pero la realidad es que Messi se hartó de nosotros y se va.

Hace casi 15 años que es uno de los tres mejores jugadores del mundo (muchos de ellos elegido el mejor, pero siempre en la terna). Ganó todo lo que podía ganar y batió todos los récords que podía batir con su club. Todo ello a pesar de que a su alrededor se armaron muchos equipos distintos, él siempre estuvo a la altura. Sin embargo, cada vez que cruzaba el charco era criticado y señalado como el capitán de las derrotas argentinas. Le dijeron pecho frío y lo acusaron de no saber el himno nacional… Muchas veces pensé “¿por qué viene?, ¿cómo se banca el destrato y la falta de respeto cuando podría estar como un rey en Barcelona sin arriesgar su físico ni su carrera y prestigio?” Debe ser que Rosario tira mucho. Juan Baglietto suele decir que el secreto de los rosarinos es el agua del mate. Y algo de eso debe haber, porque de allí salieron algunos de los más grandes talentos argentinos.

Volvamos a Messi.

Antes de debutar con la selección argentina fue tentado a jugar por España hasta que el 29 de junio de 2004, lo hizo con la selección Sub-20 de Argentina en un amistoso contra Paraguay. España llevaba dos años intentando convencerlo de que jugara con la Rojita (su selección juvenil), pero Messi decidió esperar a que la AFA registrara su existencia. A poco de cumplir 17 años, entró en el minuto 67 de aquel partido en el estadio Diego Maradona de Argentinos Juniors, con el número 17 a la espalda. Solo 10 minutos después eludió al arquero para poner el 8 a 0 definitivo. La Federación Española de Fútbol, que lo había intentado convencer de todas la maneras, se lamentó de por vida porque el debut en aquel partido oficial los dejaba sin la chance de verlo vestido de rojo (algo que nunca sucederá).

Para entender qué cambió, hay que hacer un poco de historia.

Entre 1857 y 1955 más de 2 millones de españoles emigraron a la Argentina en busca de mejores oportunidades. La mayoría eran procedentes de Galicia, pero también vinieron del País Vasco, de Asturias, Cantabria, Cataluña y Andalucía. Aquellos 2 millones (que bajaron de los barcos como dijo el presidente hace unos días) construyeron aquí identidad y descendencia.

Casi 70 años después sólo quedan 92.610 españoles nacidos en España (sí, de los 2.000.000 solo quedan algo más de 90.000), a los que se suman 325.718 “españoles” nacidos en la Argentina (la famosa doble ciudadanía). Estos “argenñoles” hacen que Argentina sea el país extranjero con más ciudadanos españoles en todo el mundo, duplicando a Francia (que ocupa el segundo lugar) y triplicando a los que viven en los Estados Unidos (terceros).

En 2021, la Argentina que recibió abuelos exporta nietos.

El constante intercambio migratorio entre la Argentina y España tiene fundamentos en la afinidad mutua y en lazos históricos, culturales y lingüísticos. Pero fundamentalmente se explican desde lo económico. La América que les ofrecía oportunidades de progreso se terminó cuando España se puso de pie, y nosotros de rodillas. A ellos les llevó mucho tiempo llegar a hoy después de tocar fondo post guerra civil. Sus puntuales crisis económicas o políticas son moneda corriente para nosotros, y eso los constituye en un destino atractivo para jóvenes (y no tanto) que hacen que el consulado español en Buenos Aires colapse.

Casi 300.000 argentinos viven hoy en España. 300.000 amantes del mate y las facturas, que arman peñas futboleras, e impulsaron el consumo del malbec y el dulce de leche. Y que no discuten a Messi. Entre 300.000 de nosotros Messi es local, que (inexplicablemente) vuelve a Rosario. Que siempre estuvo cerca.

Buena semana.

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