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The Walking Conurban: "En el Conurbano pasan un montón de cosas que tienen que ver con el goce, el placer y la creatividad"

Diego Flores es uno de los creadores de The Walking Conurban, una cuenta de Instagram que recopila imágenes del Conurbano. Entrevista en Charlas del Conurbano.

Tienen medio millón de seguidores en Instagram y su contenido puede alcanzar niveles de viralización siderales. Pero ninguna métrica puede calibrar con precisión el impacto de The Walking Conurban, que contribuyó a visibilizar de forma celebratoria y humorística una parte importante de la diversidad, la riqueza y la vitalidad que habita en el Conurbano Bonaerense. Como definen en su “bios” en las redes: “Un paraíso post apocalíptico a minutos del Obelisco”.

Embed - Charlas del Conurbano #7 The Walking Conurban “Pasan muchas cosas que tienen que ver con el goce”

La cuenta empezó por iniciativa de cuatro amigos de Berazategui que, como diversión propia, se pusieron a recopilar imágenes. El fenómeno creció y derivó en una serie documental para Canal Encuentro, Universo Conurbano, y en un espectáculo con el que giran por todo el territorio junto al célebre guionista Pedro Saborido. Uno de sus fundadores e impulsores, Diego Flores visitó esta semana la redacción de El Diario Sur en Monte Grande para participar del ciclo Charlas del Conurbano.

¿Qué es The Walking Conurban?

Es una página de Instagram y en menor medida de Twitter en la que hacemos un compendio de imágenes del Conurbano. Es en buena medida colaborativo. Los seguidores mandan las fotos y nosotros hacemos una curaduría y las subimos. Y a partir de eso creamos una narrativa del Conurbano que tiene mucho humor, data, cosas vinculadas al mundillo de las ciencias sociales, que es de donde venimos. Pero básicamente son imágenes del Conurbano.

¿Y cuáles son las ideas que están detrás de esa narrativa?

Participamos de una corriente (de la cual no somos los únicos ni los primeros) que empieza a narrar el conurbano e intervenir el sentido que hay sobre el conurbano y lo disputa. Y a partir de ahí se dan las reflexiones de la gente que vive en el Conurbano, con todos los placeres y las penurias que puede obtener del territorio.

¿Cuál es ese sentido que disputan?

Cuestionamos toda la construcción histórica que hicieron los medios hegemónicos sobre el conurbano como un territorio siempre peligroso, en ebullición. Eso va desde el tango Sur hasta el programa Policías en acción. En esa línea del tiempo el conurbano aparece siempre como un lugar hostil. Nos preguntamos si eso efectivamente es así, y la verdad que no. Acá viven 17 millones de personas, ¿Y es un infierno? No, porque si fuese así la gente tendería a irse. Y cuando uno ve los movimientos migratorios, la gente sigue viniendo. A partir de preguntas como esa se crea una narrativa que intercepta el sentido del conurbano solamente como un lugar hostil. Insisto en lo de “solamente” porque no es un lugar en el que no haya violencia, narcotráfico o pobreza. Pero no es solo eso. Además de eso pasan un montón de cosas que tienen que ver con el goce, el placer, la creatividad. Todas estas ideas fueron apareciendo a medida que creció la cuenta, porque al principio era como un chiste entre amigos. Hasta que empezó a crecer en volumen y ahí quisimos pensar bien lo que queríamos decir.

¿Cómo fue que empezaron?

Empezamos siendo cuatro amigos de Berazategui que nos conocemos desde la secundaria. Ya habíamos hecho algunas páginas en tono jocoso y en un momento empezamos a recopilar imágenes del conurbano con una estética vinculada al abandono. Nos las mandábamos por mail y WhatsApp hasta que uno de los chicos armó la cuenta con la intención de que quede como registro y no perdamos las fotos. Ahí se inauguró la cuenta y comenzó a crecer mucho. Y entonces quisimos conocer el territorio en serio: caminarlo todo lo posible y también leer, incorporar conocimiento.

¿Qué aprendiste sobre el Conurbano en estos años?

Yo tenía una idea muy acotada del Conurbano. Iba de Berazategui a Capital para estudiar o laburar, conocía Quilmes, Avellaneda. Mi idea estaba acotada a esos lugares. Así que empezamos a leer y sorprendernos con todo lo que el conurbano aporta, produce, la importancia que tiene a nivel histórico para la argentina. Eso en la escuela no te lo enseñan, por eso tenemos la idea de producir un podcast de índole pedagógico, escolar.

Carlos Pagni plantea en su libro “El Nudo” que en la narrativa de The Walking Conurban se puede entender al Conurbano como una “reserva activa frente a los intentos de modernización capitalista”. ¿Cómo lo ves?

Creo que es una lectura parcializada cuando se piensa a la Capital como la modernidad y al conurbano como la barbarie. Puede ser así, pero el Conurbano pagó los costos de la modernidad de la ciudad de Buenos Aires. La Ciudad expulsó su gente “indeseable” hacia el conurbano. Hicieron la Ley de Alquileres, el plan de autopistas urbanas y el plan de erradicación de villas miserias. 600 mil personas se fueron al conurbano sin que hubiera estructura para recibirlos. Entonces, okey, el conurbano es un bardo, pero expliquemos los procesos. Yo estudié el libro de Pagni porque lo considero muy interesante, pero la lectura que él hace es un poco parcial. Básicamente dice que quien piense al conurbano como una gran villa miseria se equivoca, pero los capítulos del libro son sobre villas, punteros y pobreza. No hay un capítulo sobre las industrias del conurbano, que significan el 25% del PBI de la nación. Eso no se conoce y se tiene que conocer.

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Diego Flores, uno de los creadores de The walking Conurban, visitó la redacción de El Diario Sur para participar del ciclo Charlas del Conurbano.

Diego Flores, uno de los creadores de The walking Conurban, visitó la redacción de El Diario Sur para participar del ciclo Charlas del Conurbano.

¿Qué cosas te han impactado sobre el Conurbano en este proceso de conocerlo a fondo?

Bueno, al principio hubo cierta fascinación con los tanques de agua con formas exóticas, y con las esculturas en las veredas. Para ir en contra de que en el conurbano se chorean todo… bueno, hay gente que pone esculturas en las veredas. En principio eso cuestiona la idea sobre de quién es la vereda. En las periferias las calles no son un lugar de tránsito solamente, son también de vivencia, pasan cosas.

¿Qué creés que le pasa por la cabeza a alguien que decide hacer un tanque de agua con forma de vaca o poner una estatua de Bart Simpson en la vereda?

Lo primero es que en el conurbano eso se puede hacer. En Caballito no podrías, tendrías que pedir permisos municipales. En González Catán, cuando llegue el Municipio, si algún día llega, ya va a estar hecho. Y por el otro lado tiene que ver con cierta iconografía, con gente que quiere que en su barrio haya cosas que trasciendan. Su casa puede ser motivo de expresión. Aunque después uno piense “¿A quién se le puede vender una casa así?”. Bueno, hay una idea de decir “no me importa, prefiero divertirme o llevar mi deseo adelante antes que las utilidades”. Y ahí aparece una idiosincrasia del conurbano: hay gente que prefiere el placer antes que las utilidades. Son anomalías que interrumpen la normalidad y están por fuera de las estéticas establecidas.

¿Cómo evitar caer en la romantización de la pobreza?

Sabemos que hay una línea delgada y que todo puede ser leído como romantización de la pobreza. Pero sino caés en la visión ocre del conurbano, que muestra toda gente padeciendo. Y eso sería replicar lo que criticamos. Muchas de las construcciones mediáticas pasan por la ridiculización o mostrar al “buen salvaje”: miren a este pobre tipo que tiene que tomar 18 colectivos para ir a trabajar. ¿Por qué tengo que mostrar gente padeciendo si hay gente que además de las penurias que padece es feliz en su contexto?

Las 8 Maravillas del Conurbano, según The Walking Conurban

  • Feria Persa de San Miguel

“Es una construcción espectacular. Hoy en día es una feria, pero antes fue boliche y bingo. Hay una parábola con este tipo de construcciones que eran cines, pasaron a ser boliches, después Todo por 2 pesos en los 90 y terminaron como Iglesia Universal”.

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  • Elefante Blanco de Avellaneda

“Tiene una historia turbia de estafas por detrás. Es una inmensidad y tiene una cosa como de arquitectura soviética. Es un clásico que se ve desde el tren”.

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  • Arco Pereyra, del Parque Pereyra Iraola

“Es parte del Parque Pereyra Iraola, que es la mancha verde que separa a La Plata del Conurbano. Hay una gran discusión sobre si La Plata es o no es conurbano”.

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  • Tanque caballo, en Florencio Varela

“La gente de ahí le dice vaca pero la dueña nos confirmó que es un caballo. El tanque es una celebración porque marca que una casa se hace habitable. En Buenos Aires también lo hicieron: trajeron un palacio de Bélgica y abajo lo único que hay son tanques”.

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  • Castillo en ruinas en Plátanos

“Fue un lugar de residencia de una familia pudiente. Se hacían crías de caballos árabes, cosas raras. Hoy en día es una ruina”.

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  • Estatua de la Libertad, Quilmes

“Hay seis estatuas de la Libertad en el Conurbano. Esa se hizo para un boliche bailable de Quilmes donde se podía ir a bailar y a correr en Karting. No era una buen mezcla”.

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  • La Pava de Golliat, Villa Raffo

“Es muy grande. La hizo un tipo que tenía una fábrica de hojalata y quiso hacer la pava como insignia. Hoy en día es una geo referencia”.

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  • El tanque de Monte Grande

“Es una cosa espectacular. Tiene una intervención que es majestuosa. Para la gente de Monte Grande es un orgullo”.

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