San Luis Orione, más conocido como Don Orione, nació en 1872 en Italia, pero su corazón se encuentra en Almirante Brown, de forma literal. Este santo fundó el “Pequeño Cottolengo”, que actualmente también lleva su nombre y se encuentra ubicado en la localidad homónima de este partido. La semana pasada este lugar cumplió 90 años y sus referentes contaron a El Diario Sur su historia, llena de entrega y sacrificio por el bien de grupos vulnerables.
El Cottolengo de Don Orione cumplió 90 años: la historia de una obra motorizada por un santo
El predio cuenta con diferentes hogares y hasta escuelas donde reciben a vecinos con limitaciones tanto físicas como mentales. Fue creado por un santo, Don Orione.
01 de junio de 2025 - 12:00
El nombre "Cottolengo" proviene de San José Benito Cottolengo, el santo italiano que fundó la primera de estas obras de caridad en 1828, llamada “Pequeña Casa de la Divina Providencia” y ubicada en Turín.
En cuanto al predio de Almirante Brown, se fundó en 1935 y se encuentra ubicado sobre la avenida Lacaze. “Acá viene primero Dios y después el mate”, aseguró en diálogo con El Diario Sur el hermano Jorge Silanes, quien ingresó a la Congregación de Don Orione en los años ‘80.
Actualmente, este lugar alberga a alrededor de 380 personas con discapacidad, las cuales se dividen en los 12 hogares que se encuentran distribuidos en el terreno. Además, a este número se le suman otros 100 adultos que asisten a las escuelas con orientación especial que funcionan en el lugar, y otras 35 que asisten al Centro Educativo Terapéutico.
Sobre la historia del Cottolengo, Silanes explicó que Don Orione había llegado a Argentina por tercera vez en 1934, porque hubo un Congreso Eucarístico Nacional en octubre de ese año. En febrero de 1935 dio una conferencia en Mar del Plata donde habló de San José Benito Cottolengo, quien había sido recientemente canonizado.
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“Fue en esa conferencia donde manifestó su deseo de querer fundar en Argentina un Cottolengo, y al finalizar dos arquitectos se pusieron al servicio de esta obra”, contó el hermano Jorge. Y añadió: “Después, el representante del Papa en Argentina lo llamó para decirle que le donaban una extensión para poder hacer el Cottolengo, y en abril se colocó la primera piedra”.
Con el pasar del tiempo, este lugar se fue desarrollando y recibiendo a cada vez más personas, y en 1972 empezó a funcionar allí, con la ayuda de voluntarios, una escuela de educación especial, que fue reconocida en el ‘78.
Además, el religioso explicó que “antes, si una persona tenía alguna discapacidad, el problema era de la persona, o a lo sumo de la familia, pero hoy está reconocido que se trata de un problema social, porque cambió el modelo: la discapacidad existe en tanto y en cuanto la sociedad no elimina las barreras que impiden un mejor desarrollo”. “Hoy hablamos de apoyo a la persona, para que pueda tener una vida lo más digna posible”, concluyó.
"Vivo o muerto volveré”: por qué trajeron el corazón del Santo a la Argentina
A fines de agosto de este año se cumplen 25 años de la llegada de la reliquia de San Luis Orione al Pequeño Cottolengo de Almirante Brown. Se trata de su corazón, el cual llegó a la región luego de que el cuerpo del santo fuera exhumado en Italia, en 1965, y lo declararan incorrupto.
“Vivo o muerto volveré”. Así se había despedido Don Orione de Argentina, la cual consideró su segunda casa, para partir de manera definitiva en 1937. Años más tarde, su sueño se hizo realidad y un grupo de 400 jóvenes viajó a Italia para traer un relicario que contiene el corazón del santo, que hoy descansa en el Cottolengo de Claypole. En ese marco, en agosto de 2025 se llevará a cabo una maratón en el predio.
