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"Móvil de Arte", un ícono browniano que lleva 40 años recorriendo el país

Gabriel Guiñazú es de Rafael Calzada y busca acercar el arte a los chicos de todo el país junto con su camión lleno de pinturas y música.

Cuando era joven, Gabriel Guiñazú, un vecino de Rafael Calzada, tuvo un sueño: acercar a los chicos al mundo del arte y la cultura. Sin embargo, nunca imaginó que su travesía duraría 40 años y lo llevaría a recorrer todo el país con su famoso Móvil de Arte.

La historia se inicia cuando apenas era un joven artista de 20 años. "Conocí a muchos pintores reconocidos y les pedía material para armar un audiovisual. Con todo eso empecé mi periplo con un proyector en una mochila e iba a las escuelas a mostrar pinturas y leer poesías", contó a El Diario Sur.

Al principio recorría los establecimiento cercanos para que los chicos vean imágenes de las pinturas de reconocidos artistas como Pérez Celis, Felipe Noé o Marcia Schvartz, entre otros. Pero luego sintió que los niños tenían el derecho de poder conocer obras reales, y no una simple foto de ellas.

Para eso, volvió a pedirles a los grandes artistas argentinos que le donen algunas de sus creaciones para poder llevarlas por todas las escuelas. Sin embargo, se dio cuenta que necesitaba de mucho más que una mochila y un proyector para poder hacerlo.

Así fue como decidió comprar un viejo camión al cual llamó su Móvil de Arte, y en los años 80 comenzó a recorrer el país. "Al principio viajaba medio irresponsablemente porque no tenía recursos económicos ni ayuda de nadie. Llegaba a las escuelas y me alojaban ahí, me daban de comer, algún intendente se apiadaba de mi locura y me llenaba el tanque. Y me di cuenta que era un periplo de amor mucho más profundo que un juego juvenil", expresó.

Esta aventura llevó a Gabriel y a su esposa Ana Villarreal, una talentosa pianista, a conocer cada rincón del país. Con el paso del tiempo, su historia se hizo conocida y cada vez lo llamaban para que vaya a más lugares, lo que hizo que deba cambiar en varias ocasiones de camión. Afortunadamente logró conseguir apoyo de la marca Isuzu, que le brindó lo que necesitaba y lo convirtió en su embajador para poder seguir cumpliendo su sueño.

Cada uno de los niños y niñas que pasaron por el Móvil de Arte han dejado su huella en el camión, el cual está cubierto -y se sigue cubriendo- de nombres de todos ellos. Pero también Gabriel y el arte dejaron una marca en esos chicos, muchos de los cuales aún lo recuerdan pese al paso del tiempo.

"Hace unos días vino un hombre que me dijo que pintó conmigo hace 30 años en el Colegio Estrada de Rafael Calzada, y traía a su hijo a pintar porque sabía con quien lo dejaba. Es lindo que un padre y un hijo puedan pintar conmigo a través del tiempo", dijo con emoción Gabriel.

A su edad, el browniano piensa seguir con su recorrida llevando arte a todos los niños del país, pero también busca que su camión se convierta en un ejemplo que se mantenga a través del tiempo: "Creo que he dejado un mensaje. Ojalá hubiese más móviles de arte. La historia de este es tan extensa que supera lo previsible".

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