El triunfalismo del Gobierno de Javier Milei toca esta semana picos históricos. El motivo de la celebración es la intensa baja en el índice de pobreza para el tercer trimestre del año, de acuerdo a números del INDEC analizados por el Observatorio Social de la UCA y otros consultores privados. La estimación es que, a septiembre, la pobreza se ubicó en el 38,9%, sensiblemente por debajo del 52,9% que se registró en la primera mitad del 2024 y del 44,9% del final de 2023, el número heredado de la gestión de campaña de Sergio Massa. La cifra está quedando en valores similares a los de un año atrás (38,5%).
La Navidad de los ingenieros del caos
Por Manuel Nieto (@NietoManuelOk).
¿Por qué baja la pobreza, aunque para muchos resulte inesperado? Lo principal tiene que ver con el precio de los alimentos, que en los últimos meses vienen subiendo por debajo del ritmo general de la inflación. Aunque en otros rubros, como los servicios, los aumentos hayan sido más importantes, para la canasta de pobreza e indigencia lo que tiene más peso son los alimentos. Entretanto, el Gobierno también actualizó de forma sostenida prestaciones como la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la Tarjeta Alimentar. Congeló los planes sociales en 78 mil pesos, pero no pidió más contraprestaciones, lo que “liberó” a los beneficiarios para dedicarse a las changas.
Son datos: en su primer año, el Gobierno de Javier Milei, con su plan de ajuste y de ancla cambiaria, logró reducir la inflación y bajar la pobreza. Estos números avalan lo que vienen registrando las mediciones de opinión pública: el apoyo al gobierno, al menos de los sectores moderados, llega de forma nítida por la reducción de la inflación. Decíamos meses atrás que bajar la inflación, aunque no mejore el poder adquisitivo, entrega beneficios relativos a la previsibilidad y a la posibilidad de hacer planes a futuro. Ahora sabemos que para muchos sectores ya son visibles los cambios materiales.
Por supuesto que reconocer todos estos datos no oculta a los grandes perdedores de este primer año de Milei. La cara más golpeada la tienen los jubilados, con ingresos pulverizados y beneficios recortados en el PAMI. También el rubro de la construcción y los trabajadores estatales. Tampoco se pueden dejar de plantear dudas sobre la sostenibilidad de un modelo de dólar barato con precios internos carísimos. ¿Cómo termina una peli en la que es más barato un alojamiento en Mónaco que en Cariló? ¿Qué pasa si sale lo mismo un desayuno en Sevilla que en Florencio Varela?
El Gobierno, mientras tanto, sigue con su balacera de temas para encender el conflicto en la sociedad. La semana pasada, anunciaron que enviarían un proyecto para derogar el aborto. Esta semana, sacaron a la cancha a “los 70´s” con el llamado a indagatoria del ex jefe de Montoneros indultado por Menem Mario Firmenich. Más allá de las posturas de cada uno sobre estos temas, los “ingenieros del caos”, como fueron bautizados a nivel global los asesores de líderes extremistas como Milei, no sueñan con unas fiestas en paz. Prefieren meter una cuña que pueden llevar a discusiones sensibles en las mesas familiares. Mejor no dejarlos pasar. ¡Feliz Navidad!