La quinta “La María Elena”, una mansión de la década del 30 donde hoy funciona el Polo Judicial de Esteban Echeverría, esconde secretos, mitos e incógnitas que hacen a la historia local. El gran atractivo: los túneles. O el túnel; ya que sólo uno fue encontrado por los investigadores, aunque persiste la teoría de que podría haber más en otros sectores del predio.
Revelan nuevos datos sobre la Quinta de Barceló
El túnel fue descubierto en 2013, y se concluyó que era parte de la ventilación. El abandono de la quinta y su papel durante la dictadura.
La mansión es, hasta hoy, indivisible del hombre que le dio vida: Alberto Barceló . Por entonces intendente de Avellaneda, compró la casa a fines de la década del 20 y la remodeló para convertirla en un palacete con tecnología de punta. Fue la primera vivienda en tener portero eléctrico y ascensor en la ciudad.
Pero esto no era lo único que la distinción, y esa modernidad fue la semilla que luego germinaría en uno de los grandes mitos que rodearon a la mansión. Se creía que había una red de túneles que Barceló tenía una disposición en caso de necesitar huir de la quinta –eran tiempos más turbulentos, y el intendente estaba ligado al juego ilegal, trata de personas y otras prácticas mafiosas–, pero los hallazgos arqueológicos dan una explicación menos espectacular.
En el 2013, para el centenario del Municipio y previo a la recuperación del lugar, un grupo de investigadores encabezado por el Dr. Marcelo Weissel realizó trabajos de campo en la Quinta de Barceló. Encontraron una estructura anómala sobre el perímetro de la calle Recondo (lo que hoy es la parte trasera del Polo Judicial) y empezaron a indagar.
“Tuvimos que romper ese sector y ver qué había abajo. Nos metimos, y cada vez era todo cada más estrecho. Este era el túnel de asistencia para el conducto de ventilación, calefacción y aire acondicionado, que era la única función. Fueron cerrados cuando se establecieron los bancos en la quinta ”, descrito el arqueólogo Marcelo Weissel en una charla virtual brindada en los últimos días y organizada por el Observatorio de Patrimonio Arqueológico y Paleontológico del Conurbano Sur.
Desde la Quinta de Barceló, el túnel cruza la calle Recondo y desemboca en el subsuelo de una vivienda ubicada en la manzana contigua. El “final” del túnel, que se extiende por unos 50 metros, hoy está tapiado.
El arquitecto Mario Roberto Álvarez (fallecido en 2011, estuvo a cargo de la edificación de la quinta en la década del 40) habría dado indicios en una entrevista con el Colegio de Arquitectos de la Provincia sobre el hecho de que él encabezó la construcción de otro túnel, que en este caso cruzaba la avenida Enrique Santamarina. En esa entrevista, el profesional no fue consultado especialmente por este tema, y por eso no brindó mayores detalles.
Alberto Barceló murió en 1946 y su hija (María Elena, de ahí el nombre de la quinta), que se había desligado de la propiedad luego de casarse, vendió la mansión al empresario Salomón Salmún.
Ya en manos de su nuevo dueño, tuvo algunas ampliaciones pero con el paso de las décadas perdió su esplendor. En el año 1975 fue comprada por el Banco de Intercambio Regional (BIR) y pocos meses después quedó abandonada.
“Encontramos un ropero que en su interior tenía inscripciones , y esas puertas las llevamos al Museo de La Campana”, cuenta el arqueólogo Marcelo Weissel. Se cree que durante el 76 y principios del 77, el lugar fue usado por unidades guerrilleras del ERP
Las inscripciones mencionadas por el arqueólogo dicen: “FAR”, “Pescado Rabioso”, “Para lograr la paz habría que matar a todos los que están en contra” . También hallaron marcas en forma de estrella, como la que distinguía la bandera del ERP
Ya en los 80 y 90 el lugar se afianzó como sede bancaria de varias firmas privadas y otras públicas, hasta caer nuevamente en el abandono . Fue en 2008 cuando el intendente Fernando Gray anunció que recuperarían el espacio para convertirlo en el edificio judicial que funciona actualmente.
OTROS RACCONTOS DE ÉPOCA
El costado más popular –y nunca del todo comprobado– es la vida nocturna que tenía “La María Elena”. Las historias cuentan que a la quinta llegaban autos de lujo, y que puertas adentro el intendente Alberto Barceló brindaba lujosas fiestas.
Lo que hoy es el “Salón de los Espejos” del Polo Judicial, habría sido en el siglo pasado un espacio de juego clandestino del caudillo de Avellaneda. Incluso, el mito lo ubica al propio Carlos Gardel en ese lugar durante varias ocasiones. Esta historia es algo más compleja, dado que cantante de tango falleció en 1935.
También se habla de que la mansión de Monte Grande le sirvió de escondite al gobernador radical Nereo Crovetto, que fue desplazado con el golpe militar de 1930. Por entonces era buscado por el ejército y la policía. De nuevo, las fechas no terminar de cerrar, considerando que “La María Elena” se terminó en 1938.