Sebastián Cabaña tiene 29 años, es boxeador profesional y llegó a los 15 a Monte Grande para escapar de una cruda realidad: “Yo vivía con mi mamá en la Villa 21 de Barracas. Ahí las pasamos todas. Hubo noches y mediodías que era tomar té con pan. Juntábamos la moneda que traía mi padrastro para poder poner una reja o una puerta”.
Del drama de la villa a la ilusión en el ring: un boxeador de Monte Grande que da pelea en la vida
Se crio en la Villa 21-24 de Barracas y Nueva Pompeya, llegó a Monte Grande de adolescente y hoy está cumpliendo su sueño como boxeador profesional.
La Villa 21-24 está ubicada en la Comuna 4 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires abarcando los barrios de Barracas y Nueva Pompeya. Allí Sebastián vivió con su familia, pero siempre destaca María Ester Barrios, su mamá: “Siempre se las rebuscó para que no nos falte el pan. Gracias a Dios, siempre mi vieja lo dio todo. Hoy en día agradezco a la vida que hayamos salido de ahí porque no sé qué hubiera sido de mi vida”.
Sebastián entrena por la tarde y por la mañana trabaja en un depósito de logística. Hoy hace un repaso en lo que va de su vida y no deja de agradecer este momento: “Tengo un laburo en blanco, soy boxeador, tengo una familia que formé, mis viejos están bien y con laburo. A veces vuelvo a la villa porque tengo parientes ahí y cuando quiero averiguar por mis amigos que estaban allá están todos muertos o presos”.
Comenzó a entrenar de grande, a los 22 años, cuando ya tenía un trabajo y podía afrontar los gastos: “Arranqué a entrenar en Alsina al 60 (Sociedad de Vecinos de Alem) porque cuando sí podía pagarme las cosas. Vi el ring y me atrapó, iba todos los días. Un día Ramón Barrios, mi entrenador actual, se me acercó y me dijo si quería empezar a pelear y yo sin noción de nada le dije que sí”.
Tras un tiempo de entrenamiento comenzó a pelear de manera amateur, donde ganó en 30 oportunidades y perdió 15 veces, todas por puntos. Hace poco consiguió la licencia profesional como boxeador para el peso Welter y ya lleva dos victorias en dos peleas, una por nocaut y una por puntos. Ya tiene arreglada la tercera para el mes que viene con rival a definir, de la mano de la promotora del ex boxeador y campeón del mundo Marcos Maidana, Chino Maidana Promotions.
Sebastián Cabaña le agradece al boxeo por ser quién es hoy: “Te da todo, me ayudó en todo. Vivía en la joda, vivía en la droga, vivía en la que andan todos. Gracias al boxeo, no te digo que soy un santo, pero me ayudó a salir de todo. Me enseñó de respeto y disciplina”.
Hace un año y dos meses que es padre junto con Alejandra Jara, su mujer desde hace seis años: “Almita (su hija) me cambió la vida. Te hace pensar las cosas de otra manera, te abre instintos y fue lo mejor que me pudo pasar en la vida. Todo lo que haces y generas es para poder darle todo y que no le falte nada”.