El Papa Francisco brindó el pasado lunes su tradicional discurso de inicio de año al Cuerpo Diplomático acreditado ante el Vaticano, donde pidió que se prohíba la maternidad subrogada y sostuvo que la "teoría de género" es “extremadamente peligrosa porque borra las diferencias en su pretensión de igualar a todos”. En ese marco, El Diario Sur dialogó con Sandra Carballo, quien vive en El Jagüel, Esteban Echeverría, y llevó en su vientre a su nieto debido a que su hija no podía ser madre.
Familia de El Jagüel criticó al Papa por querer prohibir la subrogación de vientres
Francisco pidió que se prohíba la subrogación de vientres. Sandra, vecina de El Jagüel permitió que su hija pueda ser mamá.
14 de enero de 2024 - 13:30
“Yo soy católica, creo en Dios y mi hija también. Pero no somos de ir a la Iglesia”, contó la vecina. Y continuó: “Creo que hay cosas en las que el Papa tiene razón, pero esta vez estoy en desacuerdo. Él no sabe cómo es… ¿Quién es para juzgar así?”.
Además, Sandra reflexionó: “¿No es que Dios ayuda a la ciencia y a los médicos? Mi hija perdió un bebé y a través mío pudo tenerlo, yo le presté mi panza. Es un acto de amor, no de egoísmo ni nada de lo que dijo”. “Me dio mucha bronca. Escuché lo que necesitaba escuchar para enojarme”, concluyó la vecina.
Los dichos del Papa habían sido: “El camino hacia la paz exige el respeto de la vida, de toda vida humana, empezando por la del niño no nacido en el seno materno, que no puede ser suprimida ni convertirse en un producto comercial. En este sentido, considero deplorable la práctica de la llamada maternidad subrogada”.
En ese sentido, sostuvo que este procedimiento “ofende gravemente la dignidad de la mujer y del niño, y se basa en la explotación de la situación de necesidad material de la madre”. "Un hijo es siempre un don y nunca el objeto de un contrato”, argumentó y solicitó a la comunidad internacional que se prohíba esta práctica.
La historia
“Yo nací de la panza de la abuela, porque la de mamá estaba rota”. Así explicó su llegada al mundo Dante González Benítez, de seis años, en diálogo con El Diario Sur. Dante nació en 2016 gracias a que su abuela, Sandra Carballo, lo llevó en su vientre, dado que su madre, Daniela Benítez, perdió un embarazo en 2012 y tuvieron que sacarle una parte importante de su útero.
“A mi mamá, que en ese entonces tenía 48 años, se le ocurrió preguntarle al médico si ella podía llevar a mi bebé”, contó a El Diario Sur Daniela.
“No me importaba arriesgar la vida”, expresó Sandra. Dante nació por cesárea, aunque dos semanas adelantado, y Daniela pudo estar presente acompañando a su mamá. “Cuando lo vi y escuché llorar, sentí el amor más grande del mundo y volví a la vida, porque desde que había perdido a mi hija respiraba porque no me quedaba otra opción”, aseguró Daniela.
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