Un vecino de Ezeiza fue ordenado sacerdote y es nuevo cura en Luis Guillón: su historia

Hernán es oriundo de Ezeiza, aunque durante los últimos años, en su formación para ser cura, estuvo en diferentes países. Ya había estado en la parroquia de Luis Guillón entre el 2011 y el 2014, en el inicio de su camino, y regresó el último 2 de abril para su ordenación, que tuvo lugar el pasado fin de semana, y, de esta forma, acompañar a la comunidad religiosa tras el fallecimiento del sacerdote Enrico Roncoli y del regreso del padre Windylle Macarranas a su país natal, Filipinas.

Sobre su historia, el nuevo cura contó: "Yo me bauticé y tomé los sacramentos en la capilla 'Nuestra Señora de Luján', en Ezeiza. La gente veía algo en mí y me decía que, además de mi servicio de catequista, yo podía ofrecerle algo más a la Iglesia. Así que empecé mi discernimiento vocacional".

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Hernán Caballero llegó a la parroquia de Luis Guillón el pasado 2 de abril.

"Llegó un momento en el que la vida me hizo un click en una cuestión difícil. Yo viví una infancia y una adolescencia muy complicadas, con un papá alcohólico y una mamá que era abusada. Esas cuestiones me llevaron a hacer lo que no hay que hacer, que es hacerle una apuesta a Dios. Y Dios ganó", expresó Hernán.

En esa línea, continuó: "Al principio fue difícil responder a esta apuesta, porque yo tenía una vida ya diseñada. Estaba terminando la carrera de enfermería y yo quería una vida con la familia soñada que no tuve. Pero mis planes eran chiquitos, los de Dios eran más grandes". "A través de Dios yo descubrí el verdadero significado de la palabra Padre, eso que a mí me faltó. Para mí descubrir esto fue un giro total", añadió.

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Hernán junto al párroco de "La Anunciación", Federico Witzel, y el vicario parroquial, Pablo Olivares.

Fue así que en 2011 Hernán comenzó la experiencia de vida comunitaria junto a otros curas en la parroquia "La Anunciación", junto a la Congregación "Hijos de Santa María Inmaculada". En 2014 empezó una etapa más formal de proceso, que es el pre noviciado, el cual llevó a cabo en Mataderos y le implicó dejar su profesión para enfocarse de lleno en la vocación a la que sentía que Dios lo llamaba.

Luego viajó a Chile y, posteriormente, se instaló en Roma para hacer el noviciado, el cual comenzó en noviembre de 2015. Allí también hizo el seminario y, en medio de sus estudios, también se involucró en la actividad pastoral de Italia. Más adelante hizo los votos perpetuos en la Congregación "Hijos de Santa María Inmaculada".

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Hernán tiene 38 años y es vecino de Ezeiza.

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Se encontraba en México de misión, siendo ya diácono, cuando recibió un llamado en el que le dijeron que debía volver a Luis Guillón, donde llegó a comienzos de abril y se preparó para ordenarse cura el último sábado. En cuanto a ese momento, remarcó: "Todos me dijeron que se vivió una celebración muy familiar. Y eso es lo que yo soñaba, esa familia ideal, después de todo lo que viví en mi infancia. Experimenté a Dios ahí, Él multiplicó todo eso por mil, me dio una familia acá, y otras en diferentes lugares".

"El blooper fue que durante la celebración ocupé la silla del obispo. El padre Pablo me señaló esa silla, pero indicándome que me siente, yo lo tomé como que era en esa. Pero el obispo lo tomó de manera chistosa", recordó entre risas.

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El nuevo sacerdote de Luis Guillón es oriundo de Ezeiza.

Sobre los feligreses de la zona, expresó: "Vamos formando la comunidad, rezo todos los días por cada uno de los hermanos, para que Dios nos enseñe a ser hermanos. Eso es lo más importante, ninguno nace sabiendo, por eso es importante la humildad".

"Ayudenme, porque la tarea es mucha. Les pido ayuda desde la oración, pero también desde el marcarme lo que hago bien y lo que no, para que yo pueda aprender. Sepan que en mí cuentan con un padre, un amigo y un hermano", concluyó.

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Antes de regresar a Buenos Aires, Hernán se encontraba de misión en México.