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A 9 años de la explosión en Monte Grande, los vecinos siguen creyendo que fue un meteorito

Este sábado se cumplió en nuevo aniversario del incidente que se llevó la vida de una mujer y destruyó dos casas y una panadería. En el lugar nunca volvió a vivir nadie.

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Todos los vecinos de la ciudad se enteraron de la explosión; pero casi ninguno estaba despierto justo en ese momento, a las 2.30 de la madrugada del 26 de septiembre del 2011. Enrique, que vive en Luis Vernet y Garreador -a 30 metros de donde ocurrió todo- estaba en ese momento preparando la masa para cocinar las tortillas que salía a vender a primera hora de la mañana. No se perdió de ningún detalle, cuenta, y ahora le dio su testimonio a El Diario Sur. “De noche no puedo dormir, sigo soñando con ese día y con lo que vi”, anticipa.

Los vecinos lo conocen como Don Quique. Ese silencio de madrugada se rompió de un instante a otro y, antes de parpadear, Enrique ya tenía el desastre delante de sus ojos: “Explotaron todas las ventanas de mi casa y le cayeron los vidrios en la espalda a mi esposa”, dijo el vecino. Apenas lograron calmarse, Enrique salió al patio de su casa para ver qué pasaba.

Fue el primero que llegó a la escena: dos casas y un comercio completamente destruidos. “Había una columna de cemento, los autos, todo había explotado y volado hasta la calle”, sigue el testigo. En ese momento Enrique no lo sabía, pero debajo de los escombros estaban siete de sus vecinos atrapados y heridos. También estaba el cuerpo de Silvia Espinoza, de 43 años, que murió por la explosión.

A medida que pasaron los minutos durante la madrugada empezaron a crecer los nervios por el inédito escenario. A medida que pasaron las horas, lo que crecieron fueron las especulaciones y las teorías conspirativas.

Los peritajes que se hicieron en el lugar, supervisados por la fiscal Andrea Nicolettide, titular de la UFI N°6 de Lomas de Zamora, determinaron que una conexión precaria de un horno pizzero a una garrafa acumuló gas en el comercio y así se produjo el accidente.

Esta semana, El Diario Sur se entrevistó con más de 30 vecinos de la manzana. Ninguno cree en la versión oficial. “Dicen que fue la garrafa, pero no puede ser porque yo tengo tres garrafas y las tres estaban ahí. No sé qué pasó, sé que hay gente que sabe esto y quiero que se sepa la verdad”. Estas palabras las dijo en 2011 a medios televisivos Fabián Orlando, dueño de una de las casas destruidas.

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Terreno baldío. Así está hoy el lugar donde ocurrió la explosión. Los vecinos afectados nunca volvieron y no se volvió a levantar una casa.

Terreno baldío. Así está hoy el lugar donde ocurrió la explosión. Los vecinos afectados nunca volvieron y no se volvió a levantar una casa.

En la misma línea va hoy el testimonio de Don Quique, que le confesó a El Diario Sur: “Las tres garrafas que había en la casa las saqué yo, y estaban intactas. Yo creo hasta la muerte que fue otra cosa, algo de afuera. Saqué de los escombros a los chicos y a una mujer. Recién diez minutos después empezó a llegar la gente. De noche no puedo dormir, sigo soñando con ese día y con lo que vi”.

Pasaron nueve años de aquella noche, pero Don Quique ni tampoco ningún otro vecino del barrio se olvidan de lo que sucedió. Hoy, el lugar es un terreno baldío en el que estacionan autos y camionetas de forma eventual, pero nunca nadie volvió a vivir en el lugar donde algo pasó; aunque no se tenga la completa certeza de qué fue exactamente.

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