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Ezeiza: cómo sigue el colectivero baleado durante el operativo de la Policia Federal

El colectivero recibió un impacto de bala en el abdomen en Ezeiza y desde entonces luchó por su vida en el hospital. La esposa explica cuál es su estado de salud.

El pasado lunes por la tarde Mauro Germán Acosta, colectivero de la línea 51, recibió un disparo en medio de un operativo antinarcóticos de la Policía Federal a metros de la estación de Ezeiza.

Este lamentable había generó gran indignación en todo el conurbano e incluso un paro de servicio de los colectiveros de la Empresa San Vicente, que fue reanudado tras la operación del chofer de 36 años -duró 5 horas- en el Hospital de Ezeiza.

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Como la bala había quedado alojada adentro del cuerpo de Mauro Acosta, el personal médico decidió que se lo trasladara a la clínica Fitz Roy de Palermo, para un seguimiento personalizado.

Con este panorama, El Diario Sur logró contactar a la pareja del colectivero, quién explicó con detalles el estado de salud y la evolución del chofer a lo largo de la semana.

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“Mauro tiene dificultad en el tránsito del intestino, ya que le cortaron una parte importante del intestino delgado; sigue con una pequeña insuficiencia respiratoria ocasionada por el impacto del proyectil. Anoche estuvo con un poco de vómitos y nauseas, pero lo vio el cirujano y dijo que de la operación está bien”, contó Débora Martínez sobre el estado del chofer y continúo: “La bala está alojada en el cuerpo, por lo cual el cirujano recomienda no tocarla, ya que la operación fue complicada. Ahora, le harán otra tomografía para saber con exactitud dónde está”.

Desde el lunes por la tarde, Débora se encuentra a “las corridas” entre sus obligaciones y su rol de madre con su hija de tres años, la cual fue producto de su relación con Mauro Acosta. Por ende, trata de mantenerse fuerte emocionalmente. “Estos días fueron muy angustiantes al verlo con drenajes, catéter en el cuello, pinchado por todos lados, y con dificultad para hablar. Siento que es muy injusta toda esta situación que está pasando él (Mauro) y nosotros sus familiares”, expresó con la tristeza reflejada en su voz quebradiza.

Pese al triste momento, la mujer de 36 años se aferra a la esperanza de que los partes médicos diarios continúen arrojando optimismo. “Su recuperación va día a día y por su cuadro es bastante buena. Si todo sigue así, va dejar la alimentación por sonda para empezar a ingerir alimentación liquida”, completó acerca del futuro del chofer.

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