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Ezeiza: denegaron la prisión domicilaria a un represor y un carcelero de la última dictadura militar

Los imputados habían solicitado el beneficio en el marco de la pandemia por el coronavirus, pero la justicia rechazó el pedido por la gravedad de los crimenes que cometieron en el pasado.

La situación de emergencia sanitaria del coronavirus en el país fue aprovechada por muchos presos del penal de Ezeiza que se apoyaron en los “riesgos” del contagio que puede haber en una cárcel. Por esta razón algunos pidieron poder usar los celulares en los pabellones para estar en contacto con sus familias, mientras que otros fueron por más e intentaron obtener el permiso para poder recluirse en sus casas.

Entre los casos más destacados aparece el del genocida Miguel Etchecolatz, quien supo ser Director de Investigaciones de la Policía Bonaerense durante la última dictadura militar y que cumple siete condenas (varias de ellas a prisión perpetua) por haber secuestrado, torturado y asesinado a personas.

 El represor había solicitado la prisión domiciliaria amparándose en el marco de la pandemia del Covid-19 al ser una persona de riesgo por sus 91 años, sin embargo, el pasado martes la Sala I de la Cámara de Casación Penal le denegó el pedido basándose en la gravedad de los crímenes que cometió.

 A su vez, otro de los puntos que tuvo en cuenta la justicia fueron sus últimos antecedentes: la primera vez que lo autorizaron a cumplir con el arresto en su casa, la policía halló un arma de fuego en su interior.

Casi en paralelo, la Cámara IV de Casación rechazó el mismo pedido que había hecho Néstor Cendón, carcelero del centro clandestino “El Vesubio” y quien también cuenta con la condena a prisión perpetua por violación de los Derechos Humanos, utilizando igual argumento que en el caso Etchecolatz considerando la solicitud como inadmisible.

De esta manera ambos represores seguirán presos en el penal de Ezeiza cumpliendo con sus condenas correspondientes. Cabe mencionar que Etchecolatz fue conocido por haber participado de “La Noche de los Lápices”, cuando secuestraron y torturaron a adolescentes que reclamaban por el boleto estudiantil.

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