María Esther estaba atendiendo su carnicería cuando se dirigió a su casa, que queda en la parte trasera, para amamantar a su bebé nacido hace 10 días. El niño había quedado al cuidado de otro de sus hijos. Allí fue cuando la madre notó la ausencia del bebé, al que había dejado dormido.
"Cuando lo quise levantar, no estaba. Estaba la frazadita. Ahí me volví loca, pensé que yo había dejado a mi bebé en cualquier lugar. Fue muy feo", contó Esther. Tras averiguaciones, un vecino declaró que vio a una mujer corriendo con un niño en brazos: "Señora, se le cayó el gorrito al bebé", le dijo el joven. Del otro lado, la respuesta generó sospecha: "No importa, voy al hospital", respondió la acusada.
La madre del chiquito contó que su amiga había planificado todo. En ese sentido, declaró: "Por lo que me comentaron, ella ya había planeado todo. Durante esa semana que yo estaba en reposo, me llamaba y yo no la atendía porque estaba con dolor. Y el lunes 25 me llamó y vino. Le dije a mi marido que le dijera que estaba durmiendo. Vino dos veces, estaba enloquecida con querer saber de mí".
"En la comisaría me dijeron que venía siguiéndome hace rato. Ella apareció después de muchos años en mi casa cuando estaba embarazada de 7 meses y medio y volvió a los 8 para pedirme un favor", explicó. Ese favor se trataba nada menos que la prestación de una ecografía de su panza. "Me dijo que era supuestamente era para un trabajo, para no ir más", detalló.
La mujer acusada le había mentido a toda su familia sobre su supuesta embarazo y hasta realizó un "baby shower" días previos al nacimiento fingido. Incluso su pareja se había tatuado el nombre de su supuesto futuro hijo. En tanto, el pequeño fue devuelto a su familia. "Fue de terror vivir esta situación", concluyó María Ester.