Alejandro Monno es de Lanús, es contador, licenciado en Administración de Empresas y stripper, un currículum ecléctico que lo llevó a tener una cuenta de Instagram con más de medio millón de seguidores, donde publicaba videos de su vida. Sin embargo, hace pocos meses decidió darle un vuelco al perfil.
Es de Lanús, triunfó como stripper, se recibió de contador y ahora es influencer solidario
Alejandro Monno es de Lanús y utiliza los 500 mil seguidores que tiene en sus redes sociales para difundir los productos de emprendedores de todo el país.
“Hace un año empecé a cranear una forma de contactar a los emprendedores con el público para que puedan vender más. Todo de forma absolutamente solidaria, sin cobrar un peso”, expresó Alejandro, en diálogo con El Diario Sur. “Estuve mucho tiempo afuera y cuando llegué a Argentina hice algunas inversiones con la plata que gané. Eso me permitió acomodarme y explotar mi costado solidario”, agregó.
El hombre que nació en Lomas de Zamora y luego se crió en Lanús trabaja de stripper desde los 20 años cuando empezó a actuar en un boliche para mujeres a la vez que estudiaba la carrera de contador público en la Universidad de Buenos Aires. “En el primer show empezaron a gritar mi nombre y me pusieron para bailar de gitano aunque bailaba muy mal. Utilizando la experiencia que había tenido anteriormente fui mejorando y al poco tiempo era el número 1”, cuenta Monno, que prefiere que no se publique su edad.
En 2007 decidió hacerse camino en el exterior y comenzó a trabajar como stripper en España, donde permaneció por cuatro años hasta que viajó a Estados Unidos, donde continuó con su carrera. “Estuve en Miami, Los Ángeles, Nueva York y Dallas trabajando para el público gay”, recordó Alejandro.
En aquel entonces ya había obtenido sus títulos de Contador y Lic. en Administración de Empresas y eso le permitió abrirse camino en el ambiente con mayor facilidad y ganar más dinero. “En Miami me decían el número 1”, destacó.
Esas carreras fueron las que lo llevaron a montar su propio emprendimiento una vez que regresó a la Argentina en 2015, con una fábrica de calzoncillos. “Ahí me di cuenta de la cantidad de obstáculos por las que pasan los emprendedores. La burocracia y los impuestos son muy grandes, por eso cuando tuve oportunidad me puse en esta tarea solidaria”, comentó el hombre que de vez en cuando actúa como stripper en eventos.
Ahora planea seguir utilizando sus redes sociales para ayudar a difundir los emprendimientos y proyecta además recorrer algunos de los nuevos negocios a los que va a ir acompañado de su hijo de 9 años para mostrarle “la cultura del trabajo”.
“La idea es hacer algo divertido, con sorteos, para que la gente pase un buen momento”, aseguró Alejandro.
Su deseo de ser “hermanito”
Alejandro se presentó a los castings de tres ediciones de Gran Hermano: 2007, 2011 y la actual. En las tres oportunidades pasó varias audiciones pero finalmente no quedó entre los elegidos.
“Les dije en el casting que iba a donar el premio a los emprendedores y a refugios de mascotas”, señaló el stripper. “Se la perdieron porque tenía pensado escapar de la casa por la terraza para quedar en la historia”, finalizó.
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