Ailén del Valle López tenía 17 años cuando desapareció, era de Longchamps, Almirante Brown, y nada se sabía de ella desde el 14 de febrero de 2013. El jueves pasado por la tarde, tras más de 11 años de búsqueda, se conoció la triste noticia: la adolescente había muerto dos días después de su desaparición en un accidente ferroviario en Florencio Varela. En diálogo con El Diario Sur su mamá, María López, contó cómo fue que descubrieron lo que pasó y, con mucho dolor, aseguró: “Yo estos 11 años a mi hija la busqué viva”.
"Estos 11 años a mi hija la busqué viva", dijo la madre de Ailén, la joven de Longchamps sepultada como NN
La vecina de Longchamps Ailén del Valle López tenía 17 años cuando denunciaron su desaparición el 14 de febrero de 2013. Ahora confirmaron que falleció dos días después en un accidente ferroviario.
La semana pasada a través de un comunicado publicado en las redes sociales de Missing Children informaron: “Lamentamos comunicar la noticia de que Ailén del Valle López, a quien buscábamos desde 2013, fue identificada como uno de los NN fallecidos en un accidente ferroviario ocurrido dos días después de su desaparición. Recién en estos días se concretó el resultado del cotejo de huellas”. De esa manera fueron identificados el cuerpo de ella y el de su novio Ariel Santas, quienes se habrían suicidado.
Su mamá María reconstruyó los hechos: “Yo me enteré a través de mi abogado, más o menos hace dos semanas me comentó que en La Plata había una cantidad de restos óseos que estaban en un depósito, entonces empezó a investigar y llegamos a que uno de los huesos que estaban allí pertenecían a Ailén”.
“Falló todo”
Ahora se sabe, Ailén falleció dos días después de que su mamá denunciara su desaparición, sin embargo no se supo por 11 años. ¿Qué falló? A esa pregunta María contestó: “Falló todo desde el principio, desde el 14 de febrero del 2013, Ailén se va a la casa del novio a las 10.30 de la mañana y el mismo día a las 9 de la noche se comunica conmigo un policía diciéndome que Ailén estaba en la casa del novio”. Pero Ailén no volvió a su casa de Longchamps, y su mamá recuerda que al día siguiente, el 15 de febrero, Ariel Santas, el novio de su hija, la llamó y le aseguró que nunca más la iba volver a ver.
“Ahora me vengo a enterar que el 16 de febrero hubo un accidente en el cual ellos dos perdieron la vida. Se supone que en ese incidente hubo ambulancia, policía, intervino un juez, pero yo la verdad no entiendo qué es lo que sucedió porque a mi hija yo la estaba buscando, la causa de mi hija estaba judicializada en la UFI Nº 9 de Lomas de Zamora”, relató, con la imposibilidad de entender cómo fue que nadie los identificó antes. Además detalló que del accidente ferroviario hay videos, sumados al testimonio del motorman, que demostrarían que se trató de un suidicio.
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Desde Madres Víctimas de Trata (MVT) detallaron cómo fue en aquel momento el proceso de identificación: “La Fiscalía de Florencio Varela inició entonces una identificación de los cuerpos mediante huellas dactilares, enviando las fichas al Registro Nacional de Reincidencia. Dado que los jóvenes no tenían antecedentes penales, el resultado del informe de reincidencia fue negativo. Nunca se prosiguió con la identificación hasta que, desde MVT, se requirió que las fichas fueran enviadas al RENAPER”.
11 años buscando a Ailén
María ya sabe lo que le pasó a su hija, pero nadie responde por los 11 años que pasó buscándola con la esperanza de encontrarla. “Yo estos 11 años a mi hija la busqué viva”, dice con dolor y enumera los cientos de lugares a los que fue a buscarla como a Mar del Plata, a Corrientes, a Florencio Varela, a incontables comisarías, inclusive al reconocimiento de un cuerpo hallado al costado de una ruta.
“Yo en estos años de procesos aprendí que a la justicia no le importa nada”, asegura María López que acumula dolor por todas las veces que le dijeron que la estaban buscando y hoy siente que le mentían. Además está convencida: “Si yo no hubiese ido a golpear puertas, nunca me hubiese enterado lo que le pasó a mi hija”.
Finalmente, hoy María espera que le entreguen los restos de su hija Ailén y recuerda que la joven de 17 años estudiaba en el Instituto Nacional de Adrogué, disfrutaba de estar con sus amigas y soñaba con estudiar Lengua y literatura.
“Primero tengo que hacer mi duelo porque hasta eso me negaron, aunque yo a mi hija Ailén la voy a tener siempre conmigo”, dice una madre con el corazón roto pero no piensa bajar los brazos. “Voy a seguir hasta que los responsables se hagan cargo, porque acá hay responsables”, afirma.