Una nota del diario estadounidense New York Times publicada el pasado lunes desató la polémica en Argentina. La crónica manifestaba que el sector gastronómico – en especial en los restaurantes de la Ciudad de Buenos Aires- pasaba por un gran momento pese a una crisis económica, que se manifiesta en una inflación de tres dígitos.
Restaurantes llenos y bolsillos vacíos: la polémica que se vive en la región
Un artículo contrastó el boom gastronómico en Buenos Aires en el marco de la crisis económica. En algunos restaurantes no se consigue mesa sin reserva.
“En Buenos Aires, la cosmopolita capital argentina, está floreciendo un panorama culinario de talla mundial. Esto no sería necesariamente noticia si no fuera por el hecho de que Argentina se encuentra en medio de una crisis financiera extraordinaria”, señaló el diario neoyorkino en su informe.
“La inflación supera el 114 por ciento —la cuarta tasa más alta del mundo— y el peso argentino se ha desplomado, con una caída del 25 por ciento en tres semanas de abril”, continuó el reconocido medio y destacó que es justamente esa caída del peso la que está impulsando la industria gastronómica en el país.
“Los argentinos están ansiosos por deshacerse de la moneda lo antes posible, y eso significa que las clases media y alta salen a comer más a menudo, y que los dueños de restaurantes y chefs están volviendo a invertir sus ingresos en nuevos restaurantes”, concluyó.
Esta polémica ya se había iniciado en abril pasado cuando la vocera presidencial Gabriela Cerruti escribió en su cuenta de Twitter cómo había visto la noche porteña en una salida al teatro. “Anoche por donde yo circulé había 25 mil personas cantando con Trueno en Tecnópolis. Fui a cenar al centro y al teatro en avenida Corrientes, y no se podía caminar. Entonces vos decís esta imagen no es la de un país en crisis, la imagen que vemos en los titulares de los diarios el lunes”, había dicho Cerruti.
En contraposición, varios economistas se expresaron en contra manifestando que esto era una “fachada” que no veía la totalidad de la economía argentina y no tenía en cuenta la situación de los más desfavorecidos. “La distribución del ingreso es muy regresiva y esto es lo que te permite acceder a estos bienes. Cinco millones no están complicados y tienen resto para hacerlo. Por eso se ven estos lugares llenos mientras hay quejas por los aumentos de precios de productos esenciales”, aseguró el economista Pablo Ferrari, en diálogo con El Diario Sur.
Aunque algunos aún coincidiendo con la postura general de la columna publicada en el medio estadounidense manifestaron su alarma por el cortoplacismo que vislumbraba un fenómeno de las características del descripto. “La contracara del consumo urgente es la imposibilidad del progreso económico real. Lejos de ser la mejor noticia, los restaurantes llenos quizás sean, sobre todo, el síntoma de una sociedad sin horizonte que se decidió a vivir como si no hubiera mañana”, concluyó el periodista Gonzalo Abascal en su columna del diario Clarín.
Los locales de Canning trabajan a pleno y solo se come con reserva
Uno de los lugares en los que se da lo que expresaba el New York Times en su nota sobre los restaurantes llenos en Argentina es Canning. En este sentido, Axel Santillán, encargado del local Maridaje comenta que el restaurante tiene un gran movimiento de lunes a viernes con menú ejecutivo y los fines de semana a la noche con menú a la carta.
“Vienen desde Capital y countries a la noche, una de las atracciones es el teatro que está en Plaza Canning, los mediodías estamos más tranquilos”, comentó Santillán sobre el trabajo los sábados y los domingos.
“Ahora nos afecta los primeros fríos porque la gente se queda en casa”, aseguró el encargado. No obstante, aclaró que los comensales “no se quejan por los precios, teniendo en cuenta los valores de lo que es Canning”. Por ejemplo, el precio de un asado para dos o tres personas ronda los 10 mil pesos.
Por su parte, Leandro Sandoval, empleado de Fabric Sushi, subrayó que aunque no están en su temporada alta, que es el verano, tienen una muy buena recepción en el público. “Los fines de semana hay que sacar una reserva para que la gente pueda obtener un lugar”, señaló el empleado que detalló que un trago, entrada, plato principal y postre cuestan entre 10 mil a 12 mil pesos por persona.
El panorama de la gastronomía en San Vicente
“Acá no pasa eso, siento que es un fenómeno más de capital. Acá funcionamos más que nada los fines de semana. La mayoría abren a partir de los miércoles”, aseguró un empresario gastronómico de San Vicente, en relación a la columna publicada por el New York Times.
“Mucha gente que vive en San Vicente sale a comer algo porque hubo un crecimiento muy importante de la población también pero lo que más recibimos es gente que sale de paseo por la ciudad desde otros lugares de la región”, manifestó el hombre.
“Lo que sí le puedo dar la derecha a lo que dice la nota es en relación a que la inflación puede ser un motivo para que la gente se gaste el último mango en salir a comer y divertirse un rato, porque si lo guarda pierde mucho valor”, consideró.
Por otro lado, aclaró que es en Capital donde el fenómeno se da todos los días por la afluencia de público extranjero. “Los turistas comen todos los días y además los favorece el cambio. Así que por ese lado se puede dar también”, concluyó el empresario.
Los últimos cambios en el polo gastronómico de Monte Grande
Los espacios gastronómicos de Monte Grande se están renovando. En los últimos dos meses, cerraron seis y abrieron o están por abrir otros siete locales entre restaurantes, bares y cafés. En parte la situación refleja las complicaciones económicas que se viven en el país, aunque también estos cambios son habituales en un rubro en el que se apuesta permanentemente a la novedad y la innovación para sorprender a los clientes.
Entre las novedades está el proyecto de una sucursal de la hamburguesería "Hamburga", de gran éxito en Adrogué, que se ubicaría en Coronel Dorrego 98. Apenas unos metros más tarde, en Dorrego 150, el cierre de la cervecería Antares dio paso al bar Santo Domingo, especializado en cerveza y gin. En esa misma zona también cerró el reconocido restaurante "1889 - El Origen" y se está por habilitar otro llamado "Zurka".
Por otra parte, en General Rodríguez 246, donde antes estaba la hamburguesería "Folks", que ahora se encuentra en Av. Dardo Rocha 399, ahora funciona "Stock", un café destinado a la hora del desayuno y la merienda, que también ofrece menúes a la hora del almuerzo. Además, también se abrió una sucursal de "El Club de la Milanesa” en Anacleto Rojas 216.
Sin embargo, los locales chicos sufren las consecuencias de la situación económica actual. Uno de los ejemplos es el restaurante Tinajón, en Vicente López y Santamarina, cuya encargada Rosemarie afirmó: “Estamos nada más con dos comensales en plena mañana, en otro momento no tenías mesa. No nos podemos recuperar entre lo que fue el aumento de tarifas, la pandemia y la inflación que vino después”.
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