En ese sentido, comentó de qué se trata este servicio: “Es preparar durante casi siete meses lo necesario para que el peregrino se sienta acompañado y contenido durante el trayecto”. “Hace dos años pasé a ocupar el papel de coordinar el segundo apoyo. Esperar al peregrino con una sonrisa y una palabra de aliento me pareció siempre muy importante. Y siempre la devolución es también muy gratificante”, remarcó la vecina.
Por su parte, Juan Alberto Vener, quien presta este servicio desde hace 32 años, sostuvo: “Cada año que pasa con lo hago con mucha más fuerza, a veces por cosas de la vida uno flaquea y quiere dejar todo, y cuando se va acercando la fecha te das cuenta que no es así, que tenés esa necesidad de estar allá, de llegar a María como peregrino de apoyo”. “Se trabaja mucho y se cansa mucho también, pero no sentís el cansancio. Uno vuelve lleno, se recibe más de lo que se da”, aseguró.
También Marcela Basile, quien también parte brinda este servicio, contó a El Diario Sur cómo es su experiencia: “Fui nueve veces peregrinando, pero las últimas me costó mucho y decidí sumarme como parte del grupo de apoyo”. “Agradezco por poder ser parte de esto, por recibir a los peregrinos”, concluyó.
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El vecino de Monte Grande que va corriendo: “Siempre voy a agradecer”
Walter Rodríguez es un vecino de Monte Grande que corre maratones desde hace varios años. Es por esto que decidió combinar su agradecimiento a la Virgen con su mayor pasión, y este fin de semana realiza la peregrinación a Luján corriendo.
“Es algo que ya hice varias veces. La primera vez fui caminando, tardé 12 horas y media y fue muy duro para mí. Después me fue costando menos, iba más preparado, y empecé a correr”, contó el vecino.
Y continuó: “Después de que corrí mi primer maratón, pensé ‘si puedo correr 42 kilómetros, quizás podría tirarme a correr 60’. Y bueno, salí trotando a ver qué pasaba y llegué. Tardé unas 6 horas, al otro año lo volví a intentar y fue un poco menos. Y la última vez, completé la distancia desde Liniers hasta Luján en 4 horas y 45 minutos”. “Yo a pedir no voy nunca, siempre a agradecer”, remarcó.
Actualmente el vecino se encuentra preparándose para participar de la Toronto Waterfront Marathon, en Canadá, y la New York City Marathon, en Estados Unidos. Ambas se realizarán antes de que termine el año.
Participar de la caminata como una herencia familiar: “Va mucho más allá de lo religioso”
Ivana Di Pietro es una vecina de San Vicente de 28 años que este año volverá a participar de la peregrinación a Luján. “Yo conocí la caminata por mi papá, que cuando era joven le pidió ayuda a la Virgen por la salud de su ahijada y le prometió ir hasta cumplir su promesa”.
“Mi primera caminata fue en 2016 y el motivo principal fue agradecer a la Virgen. Uno también va con algunas intenciones, como por ejemplo pedir por la salud de algún familiar, o por una promesa. Eso es lo que te motiva para caminar durante tantas horas”.
Por su parte, Luz Savona, quien tiene 26 años y es vecina de Alejandro Korn, expresó: “Yo voy porque para mí va mucho más allá de lo religioso, es vivir una experiencia hermosa, y opino que hay que hacerlo al menos una vez en la vida”.
Si bien este año no puede participar de la peregrinación, contó su experiencia de años anteriores: “Para mi es recordar la infancia con mis abuelos, a mi familia unida pasando domingos en paradores, las risas de diversión en los juegos y mucho más”.
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Armar un collage con las dos fotos que dicen recuadro III