En plazas, casas, galerías clubes o comercios de Zona Sur, cada fin de semana hay más ferias de emprendedores. Se consolidan como un espacio clave para cientos de vecinos que buscan vender sus productos para generar ingresos extra. Desde artesanías hasta ropa usada, hay opciones para todos los gustos. En ese marco, desde las iniciativas locales —‘Creer y Crear’, de Barbie Brown en Lomas de Zamora; ‘Cludias’, de Josefina De Michellis en Banfield; y ‘Los Juncos’, de Victoria Belziti en Monte Grande— dialogaron con El Diario Sur sobre un fenómeno que crece en tiempos de crisis.
Cada vez hay más ferias de emprendedores en Zona Sur: las razones del fenómeno
En las ciudades de Zona Sur cada vez hay más ferias los fines de semana en los que emprendedores buscan vender sus productos. Casos en Lomas y Monte Grande.
01 de octubre de 2025 - 12:36
Emprendimientos y oportunidades
“Con mi socia, Gabriela Petrelli, nos conocimos en una venta de garage y vimos que muchas de las personas que asistían también eran emprendedoras”, contó Brown. La propuesta se fue transformando en un punto de encuentro para mujeres sin empleo formal, madres que necesitan horarios flexibles y personas mayores que encontraron en la feria una forma de mantenerse activas.
Victoria Belziti, organizadora de la feria Los Juncos, junto a Liliana Gomez, en Monte Grande, explicó que la iniciativa nació hace cuatro años con el objetivo de generar una fuente de trabajo para los emprendedores de la zona. Destacó que la feria crece debido a la falta de empleo y a los sueldos precarios, ya que muchos feriantes combinan esta actividad con trabajos con salario mínimo para reforzar su economía.
Josefina De Michellis, maestra jardinera y emprendedora, contó que en 2018 decidió crear la feria Cludias en el club homónimo de Banfield, donde integra la comisión directiva. “Arrancamos con 14 puestos y año a año fue creciendo muchísimo”, recordó. Tras el fin de la pandemia, la feria experimentó un crecimiento explosivo y hoy reúne a unos 100 emprendedores por edición, con puestos en la cancha, en el salón del buffet y en la vereda.
Los espacios de ferias de emprendedores en la región muestran una fuerte presencia femenina. La mayoría de los puestos están a cargo de mujeres que impulsan proyectos propios y generan ingresos mediante la producción y venta de bienes, consolidando su rol como protagonistas de la economía social y comunitaria.
Lee más
Los Hakas: el equipo inclusivo que crece en Monte Grande Rugby Club: "Todos son bienvenidos"
Las ferias como motor económico
En estas ferias predominan los rubros de indumentaria, accesorios, sahumerios y decoración. Los puestos de alimentos, en cambio, son menos habituales porque los espacios donde se realizan exigen certificaciones y permisos especiales.
Más allá de la venta directa, Brown subrayó que la feria funciona como una vidriera: “Siempre hacemos hincapié en que no es solo un espacio para vender. Es una oportunidad para mostrarse, para generar contactos y para que otros emprendedores compartan experiencias”.
La importancia económica es central. Muchas familias dependen de las ventas de cada fin de semana para sostener sus gastos cotidianos. “Sabemos que es una responsabilidad muy grande, porque a veces a unos les va bien y a otros no. Por eso trabajamos mucho en la difusión y en el acompañamiento”, explicó la organizadora.
Según Belziti, el principal objetivo de los participantes es vender, aunque las ferias son un tanto inestables: “Un día se vende mucho y otro poco, pero también sirve para darse a conocer y conseguir contactos durante la semana”.
La organizadora resaltó la importancia de la feria no solo para los emprendedores, sino también para quienes colaboran con la logística, los shows y el alquiler de mesas. Los vecinos reciben muy bien la iniciativa, ya que encuentran productos variados a buen precio y suelen volver a cada edición.
De Michellis resaltó que el ambiente es lo que distingue a Cludias: “El 70 u 80% de los puestos son de emprendedores que vienen hace años, y eso genera un clima familiar”. También destacó el acompañamiento de los vecinos, que esperan cada fecha como un paseo mensual.
Comunidad y desafíos
Las ferias son bien recibidas por los barrios donde se instalan. Según Brown, los vecinos valoran la diversidad de propuestas y la rotación de puestos, que asegura siempre encontrar algo nuevo. “La gente lo toma con entusiasmo. En cada edición hay precios accesibles y propuestas distintas”, detalló.
Además de la relación con los clientes, los organizadores remarcan el valor comunitario: “Emprender suele ser solitario. Estos espacios permiten encontrarse con otros que están en la misma situación, compartir consejos, apoyarse y hasta generar proyectos en conjunto”.
Belziti subrayó que las ferias fomentan la solidaridad entre los emprendedores, quienes se ayudan y generan alianzas. Los principales obstáculos que enfrentan son conseguir lugares accesibles para realizar los eventos y, en algunos casos, la falta de apoyo de los comercios cercanos.
El principal desafío para sostener y ampliar las ferias es económico. Conseguir lugares accesibles y bien ubicados no siempre es fácil. “Muchos espacios no quieren abrirse a este tipo de eventos y otros piden alquileres muy altos. Eso encarece los puestos y hace que sea difícil mantener precios accesibles para los emprendedores”, señaló Brown.
La falta de mobiliario o de visibilidad en algunos sitios también complica la continuidad de las ferias. Aun así, las organizadoras destacan que seguirán trabajando para sostener este espacio que se volvió fundamental en la economía familiar y en la vida comunitaria de la zona sur.
Lee más
El comunicado de la agencia de autos de Temperley tras las acusaciones de estafa
