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Lácteos La Nápoli y el recuerdo del “Bebe” Del Grosso

Pascual Mateo Del Grosso fue un empresario con visión de futuro que supo levantar una fábrica vital para San Vicente. Tras su fallecimiento, en 2012, sus hijos continúan con su negocio. La semblanza de un vecino ilustre.

Lácteos La Nápoli es una fábrica de mozzarella insignia para San Vicente, que lleva sus productos más allá de nuestra región y le da trabajo a una gran cantidad de personas. Pero para hablar de esa empresa resulta ineludible hablar de su fundador, Pascual Mateo "el Bebe” Del Grosso, un hombre con fuerza emprendedora y visión de futuro, que supo hacer crecer su negocio desde 1970 hasta 2012, año en que falleció inesperadamente.

En diálogo con El Diario San Vicente, dos de los hijos de Del Grosso, Valeria (34) y Matías (28), que actualmente están al frente de la fábrica, recuerdan con emoción a su padre y destacan su "inteligencia y honestidad”. "Fue un padre excelente y la gente lo quería muchísimo”, aseguran.

Según cuentan los dos hermanos, la historia de la empresa familiar se remonta a 1932, año en que Pascual Del Grosso padre vino a la Argentina desde Nápoli. El hombre se instaló en la localidad bonaerense de General Rodriguez, donde empezó a trabajar con el padre de Pascual Mastellone en la incipiente La Serenísima, en el sector de la mozzarella.

"Ahí mi abuelo aprendió el oficio y en el año `39 se vino para San Vicente y empezó con la fábrica –cuenta Matías-. A la marca le puso Nápoli, por su ciudad natal”. Esa primera fábrica, de menores proporciones, estaba instalada sobre el mismo predio que da a la calle Juncal al 100, donde actualmente sigue funcionando. Y a algunos metros de ese lugar, en una casa lindera, nació Pascual Mateo, al que apodaron "Bebe” por ser el menor de seis hermanos.

El negocio se extendió por más de 20 años, en los que la empresa Nápoli llevaba su mozzarella en tren hasta la ciudad de Buenos Aires, dondeera repartida en carro. Pero en 1962 el pionero Del Grosso murió, y la fábrica quedó en manos de su mujer y de una cooperativa formada por los empleados. "Bebe”, que por entonces era un adolescente de 17 años, vio cómo en poco tiempo se fundía el negocio de su padre.

Con la fábrica cerrada, Pascual Mateo Del Grosso decidió de todos modos dedicarse a la mozzarella. Compraba la producción de una empresa deLuján y la revendía en un reparto. Eso hizo hasta 1970, cuando con 25 años decidió volver a abrir el negocio familiar. "Le compró el galpón a sus hermanas y arrancó de cero, porque acá no había quedado nada”, relata Valeria. Y agrega: "Le tuvo que poner La Nápoli porque, por un tema legal, no podía ponerle el nombre original”.

Desde ese iniciático 1970 en adelante, la fábrica de "Bebe” Del Grosso no paró de crecer, aunque sufrió los vaivenes característicos de la economía argentina. "Por ejemplo en el `99 le empezó a ir mal, y en el 2001 estuvo a punto de fundirse –recuerda Matías-. Pero logró salir adelante con la ayuda de los clientes, los proveedores y los empleados. Hubo tambos que le traían la leche y le decían ‘Dejá, Bebe, me pagás cuando puedas’, y empleados que trabajaron gratis varios meses”.

Valeria, por su parte, añade: "Él era un tipo muy honesto y que inspiraba confianza. Y eso fue fundamental para que crezca la fábrica. Cuando fue esa crisis todos razonaron que si la fábrica funcionaba bien había trabajo para todos, no sólo para los empleados sino también para los tambos”.

Cuando a los 66 añosPascual Mateo Del Grosso falleció de forma inesperada, Valeria y Matías, además de afrontar el dolor de la muerte de su padre, debieron asumir la dirección de la empresa. "Nosotros crecimos al lado de la fábrica y siempre estuvo en nuestras vidas. Pasábamos tiempo acá y ayudábamos a nuestro papá. Pero cuando nos tuvimos que hacer cargo fue muy difícil, porque él era el que tomaba todas las decisiones. Y fuimos aprendiendo sobre la marcha, ayudados por los empleados. Hay gente que trabaja acá desde antes que nosotros naciéramos”, reflejan. Y aseguran que su hermano Nicolás y su madre, Mirta, también participan en el negocio.

Acerca de la proyección para el futuro, Matías afirma: "La verdad es que mi viejo dejó la fábrica óptima. Y la idea es seguir metiéndole fichas, como hacía él, y apostar al crecimiento para seguir dándole trabajo a San Vicente”.

 

La Nápoli en números

Según los datos aportados por Valeria y Matías Del Grosso, en la actualidad, la fábrica de lácteos La Nápoli produce un total de 50 mil kilos de queso mozzarella al mes, además de una proporción menor de ricota y de crema. Para elaborar los productos, la empresa compra aproximadamente de 200 mil litros de leche por mes, además de comprar masa; todo a tambos de la zona, "porque nosotros apostamos a San Vicente y no trabajamos para pagarle el gas oil a YPF”, dicen.

El reparto de los productos, que abarca el Gran Buenos Aires y la Capital y alcanza ciudades del interior del país, llega a comercios minoristas y mayoristas, pasando por pizzerías y restaurantes. Y la fábrica tiene 14 empleados, aunque sumando los tambos proveedores y la gente dedicada a los fletes, el circuito productivo de La Nápoli es aun mayor.

Manuel Nieto

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