Gerardo y Florencia son una pareja de la localidad bonaerense que recorre diferentes ciudades de la provincia de Buenos Aires en un ómnibus reconvertido en un motorhome. Tienen 36 y 31 años respectivamente, y tres hijos: Rufino, de seis años; Margarita, de cuatro; e Iruya, de 9 meses. Ambos dejaron sus actividades y tienen como único objetivo llegar hasta Alaska. La historia de esta familia se volvió viral.
La familia que se volvió viral: era gerente de un banco y renunció para viajar en un motorhome con ellos
Gerardo y Florencia tienen tres hijos, dejaron sus trabajos y recorren la costa de la provincia de Buenos Aires arriba de un motorhome.
Esta loca idea que cambió la rutina de la familia, surgió de la cabeza de Gerardo. Durante el mediodía del 24 de diciembre de 2018, la pareja se encontraba celebrando el cumpleaños de una amiga, la esposa del padrino de uno de sus hijos. Tras el brindis "y después de algunos vinos", Gerardo, en un momento, se paró y dijo: "vamos a brindar porque con Flor nos vamos a recorrer hasta Alaska”. “Ahí me enteré, hasta ese momento no sabía nada”, añadió su mujer, en diálogo con Infobae.
Actualmente se encuentran en Pinamar. Están de paso, junto a sus tres hijos, recorriendo las calles de la ciudad costera a bordo de un Mercedes Benz 1114 modelo 1982 reconvertido en motorhome. La pareja invirtió 300 mil pesos en el ómnibus usado y, finalmente, lo compraron el 14 de abril de 2019. Lo repintaron, le agregaron paneles solares y lo bautizaron como "Atahualpa".
Antes de lanzarse a las rutas, Gerardo trabajaba como gerente de un banco en Junín, mientras que Florencia lo hacía en el Hogar María Aroza de Gomendio de San Pedro. La pareja comenzó su relación hace 12 años y compartió muchos escapadas, “siempre por vacaciones”, que no los dejaban del todo satisfechos. “En esos viajes que hacíamos sentíamos que quedaba sabor a poco, sentíamos que recién los últimos dos días antes de volver nos relajábamos. Uno no se puede desconectar”, coincidieron.
Gerardo alucinaba desde hacía tiempo con la idea de este nuevo estilo de vida que disfruta, pero no se animaba a dar ese cambio en su rutina. “Estábamos cómodos. Si nos queríamos ir de vacaciones, nos íbamos; si queríamos comprar algo, lo comprábamos. Pero por dentro decía por qué quedarnos con eso y no con lo que realmente nos hace felices, y un día dije por qué no animarnos, por qué seguir con la rutina”, explicó el hombre de familia.
“Pero tampoco quise quedarme con lo que yo soñaba. Entonces le pregunté a Flor qué soñaba y ella me dijo que deseaba abrir un hogar de niños”, continuó. Así fue que resolvieron hacer las dos cosas a la vez: “Tratamos de hacer en viaje lo que hacíamos en el hogar. Llevamos un inflable, tenemos un cine móvil y vamos parando en hogares, en merenderos o en alguna plaza para armar compartir y jugar con los nenes en cualquier pueblo o ciudad donde paremos”.
Más adelante llegó el momento de desprenderse del mobiliario y otras cosas que no iban a poder llevar. La familia vendió la mesa, las sillas, el sillón, la cama king size, y también sus dos autos: un Toyota Corolla y un Peugeot 307. “Lo único que no se vendió fue porque no encontramos comprador, pero sigue a la venta”, agregó el hombre.
Gerardo y Florencia se dedican a la venta de diferentes productos artesanales, algunos con la temática de su proyecto. Son cuadernos, llaveros, anotadores, pulseras, sahumerios, tapices de macramé o calcomanías que comercializan sobre una mesa plegable recubierta con un mantel de aguayo. Respecto de la educación de los chicos, Rufino, si es que se resuelve un tema con la inscripción, empezaría en marzo la educación virtual a través del Sistema de Educación a Distancia del Ejército Argentino (SEADEA).
La travesía de la pareja empezó el 24 de noviembre pasado: “Ese día tiramos todo y después nos acomodamos en el viaje”. Fueron a San Nicolás, pasaron por Rosario y llegaron a Entre Ríos. El recorrido continuó en dirección a Zárate y Luján. Desde Carlos Keen, la hoja de ruta los llevó hacia la Ciudad de Buenos Aires y, tras una breve estadía, el GPS señaló el camino a la costa. La idea es recorrer la costa bonaerense y seguir por la Ruta 3 hasta Ushuaia. “Después subir por la 40. Nos gustaría estar un año recorriendo la Argentina”. El viaje está documentado en las redes sociales.
Para el largo viaje, la familia fijó pautas: no manejar con lluvia y tampoco de noche, y tratar de no pasar los 300 kilómetros diarios. El Año Nuevo lo recibieron estacionados sobre la Avenida Bunge, entre saludos y videollamadas con familiares. La mañana siguiente se movieron hasta Valeria del Mar para desayunar. “Nunca tenemos una rutina armada. Así como hoy estamos acá, capaz que más tarde nos vamos a Cariló. Vamos yendo y vemos lo que va surgiendo”, concluyó Florencia.