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Conmovedor video: una jubilada no pudo comprarse unas zapatillas y se las regalaron

Las imágenes fueron capturadas por la cámara de seguridad del negocio. Así se emocionó la jubilada al ver que el dueño del local le regalaba las zapatillas.

El increíble gesto tuvo lugar en la Ciudad de Córdoba. Todo comenzó con una jubilada que fue a comprar un par de zapatillas a un comercio, pero cuando intentó pagarlas se encontró con que su tarjeta de crédito estaba vencida. Ante eso, el dueño del negocio decidió regalárselas.

La secuencia fue filmada por una cámara de seguridad se viralizaron rápidamente en las redes sociales luego de que una de las empleadas del local contara en primera persona la experiencia a través de Twitter.

Una jubilada tenía la tarjeta vencida para comprar zapatillas: la reacción del dueño del local

“Situación en mi trabajo: una abuelita quiere comprarse unas zapatillas, estaba feliz y cuando quiso ir a pagar tenía la tarjeta vencida. ¿Mi jefe? Se la regaló. Terminamos llorando todas con la abuelita abrazadas. Solo en Montella”, posteó Juli Biasioni, empleada de la sucursal de la zapatería de Córdoba. Y detalló: “Vino por primera vez al local con su hija. Estuvo buscando un largo rato un par de zapatillas y cuando las encontró estaba feliz! Bailaba y todo la abuelita, una hermosa”.

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La empleada del local luego fue entrevistada por el medio "Vía Córdoba". Allí, contó que "no conocían a la señora que fue a comprar" y que cuando fue a abonar, le tuvieron que decir que la tarjeta estaba vencida: "Pobre, la cambió la cara, y se largó a llorar". Y agregó: “Su hija se fue hasta una sucursal de la tarjeta de crédito para ver si lo podían solucionar y en ese tiempo ella me dijo ‘espero que no piensen que soy una estafadora y que les hago perder el tiempo’”.

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La jubilada recibió sus zapatillas en un comercio de Córdoba.

La jubilada recibió sus zapatillas en un comercio de Córdoba.

Luego Julieta contó sobre la emoción de la jubilada tras regalarles la zapatillas: “Ahí le volvió el alma al cuerpo. Estaba muy acongojada, avergonzada y terminamos llorando y abrazados a la abuelita. No tienen idea de cómo agradeció el gesto esa mujer".

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