Martín es un nene de apenas 10 años que tiene hipoacusia y vive en el barrio ‘Siglo XX’ de El Jagüel. Allí, juega en Los Halcones desde que dio sus primeros pasos y hace un tiempo que también juega en Malvinas Argentinas Fútbol Club de Ezeiza. Los sueños de Martín son de grandeza, y su condición no parece ser impedimento para lograr todo lo que desea. Aún así, la lucha de este jovencito viene desde los comienzos y todavía queda un largo recorrido donde deberá lidiar con muchas dificultades, como así también su familia que no está pasando su mejor momento económico.
Tiene hipoacusia y sueña con ser futbolista: la historia de Martín Árevalos
Martín tiene 10 años, fue diagnosticado con hipoacusia cuando tenía 4 años y usa audífonos desde entonces. Desde chico juega en Los Halcones y en el Club Malvinas de Ezeiza.
Los caminos de la vida no siempre son los deseados y la familia Árevalos tuvo un cambio radical desde hace diez años. Ocurre que Mabel Árevalos, esposa de Marciano Árevalos, tuvo mellizos prematuros sietemesinos (Mia y Martín) y el niño tuvo complicaciones: “El día del parto tuvimos muchos percances. No nos querían atender por ser mellizos prematuros. Tuve 8 horas de parto y Martín nació sin signos vitales”, relató su madre acerca de las dificultades que tuvo su hijo a la hora de llegar a este mundo en un diálogo con El Diario Sur.
La hipoacusia y la llegada de los audífonos
“Lo reanimaron y estuvo casi un mes en incubadora. Fue un milagro. Volvió a nacer”, dijo Mabel contando la historia del nacimiento de Martín que hoy en día es sano, pero padece de una patología que fue causa de su conflictivo nacimiento. “Los primeros diagnósticos dieron bien, pero creo que con el tiempo fue perdiendo la audición. A los cuatro años le hicieron otros estudios y le diagnosticaron hipoacusia”, explicó su madre que ya desde un principio se dio cuenta que su hijo tenía un problema auditivo.
Durante los primeros años ya notaban un comportamiento extraño en Martín y así lo contó su padre, Marciano Árevalos: “Ponía la tele y la música fuerte. Pensamos que era porque le gustaba mucho, pero resultó que no escuchaba”.
Tras el resultado que arrojaron los estudios donde llegaron a la conclusión que del oído derecho no posee audición y del izquierdo es mínima su capacidad, con la llegada de los audífonos se le iluminó la vida a Martín: “A los tres meses del diagnóstico la obra social nos dio los audífonos y le cambió la vida. Ahí también empezamos con las terapias”, contó su madre.
Después de tantos años con el audífono, Martín lo adoptó como una parte de su cuerpo: “Los audífonos son su vida. Él sabe que los tiene que cuidar porque sin eso no puede escuchar”, explicó su padre y en cuanto al fútbol, destacó: “Cuando juega a la pelota sufrimos por si se le caen o golpean, pero él ya sabe cuidarlos bien”.
El fútbol, su máxima pasión
Martín es categoría 2012 y desde los tres años que juega en Los Halcones, equipo de su barrio en Siglo XX donde compite en FEFIJEE, y hace tres años que también se desarrolla en el Club Formativo Malvinas de Ezeiza: “En Los Halcones es ídolo. Todos lo conocen y cuando hace un gol todos festejan con él”, relató su padre y añadió: “En cancha de 11 se siente más cómodo porque le gusta correr. Su ídolo es Cristiano Ronaldo y su sueño es jugar como él”.
Hoy en día, Martin concurre al Instituto Enrique de Osso, en El Jagüel, y una vez por semana asiste a la escuela de hipoacusia en Remedios de Escalada. Además, dos veces a la semana también concurre a sus terapias de fonoaudiología y psicopedagogía. Además, los audífonos deben renovarlos cada seis meses o un año, dependiendo de los estudios que se realicen. Sin embargo, el día a día de Martín está peligrando porque queda poco tiempo para que la obra social caduque y deje al niño de 10 años sin sus terapias y sin audífonos.
Las dificultades económicas que debe afrontar la familia
“El padre se quedó sin trabajo por tener hernia de disco y se nos va a terminar la obra social, por eso estoy tramitando el monotributo social para no perder todo lo que tiene mi hijo”, dijo Mabel que ante la falta de trabajo fijo de su marido, que hace changas, ella vende comidas en la feria de Ezeiza los domingos.
La necesidad es urgente porque el aparato que utiliza Martín es muy costoso y por el momento que le toca vivir al a familia les resulta imposible solventar: “En la actualidad el cambio de audífonos nos sale cerca de 400 mil pesos. Es imposible pagarlo para nosotros”, dijo su padre y destacaron la ayuda que el municipio les dio en su momento: “A nosotros la municipalidad de Esteban Echeverría nos ayudó a sacar la pensión para Martín. No podemos pedir más, pero tenemos fe de que lo vamos a solucionar y que Martín no va a perder todo lo que tiene”.
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