La comunidad del Colegio del Sur de Longchamps, en Almirante Brown, despidió con cariño a kiosquero de la institución, Juan José Yañes, quien falleció el último viernes a los 78 años. De los 40 años que tiene el establecimiento, Juan José trabajó allí por más de 30 y lo hizo hasta el final de su vida, contaron sus allegados.
Dolor en un colegio de Longchamps por la muerte de un kiosquero histórico
Juan José Yañes trabajó treinta años en el Colegio del Sur de Longchamps y fue el "señor del kiosco" de varias generaciones que lo despidieron con cariño.
Desde el colegio habían emitido un comunicado para informar a todas las familias sobre lo ocurrido, ya que todos sabían que “el señor del kiosco”, como le llamaban, estaba delicado de salud. “El amigo de tantas generaciones de chicos poseía una gran calidad humana, el recuerdo que nos ha dejado definitivamente será imborrable”, expresaron.
Tras la publicación cientos de exalumnos, padres de los estudiantes, amigos y conocidos le dedicaron sentidas palabras a Juan José, recordándolo con cariño y enviando el pésame a su esposa Lidia, quien se desempeña como secretaria en el colegio, y a sus cuatro hijos.
Pablo Bologna, representante legal del establecimiento y amigo de Juan José contó a El Diario Sur: “Es el famoso señor del kiosco que todos recordamos. Era la persona que amábamos, nos recibía siempre con una sonrisa”. Y agregó: “Era el tipo más derecho y más fiel que conocí en mi vida”.
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El hombre recordó que en todos sus años en el kiosco del colegio, Juan José forjó una relación con todos los niños que asistían: “era el abuelo de todos los chicos”. Al respecto relató que cuando los niños salían de excursión, el señor del kiosco solía pararse en la puerta del colegio con una bolsa de caramelos que repartía para que puedan llevar al viaje.
“Los chicos los amaban y él los amaba a ellos. Incluso ha dejado de ir al médico por no cerrar en horario de recreo y que los chicos se queden sin su golosina”, manifestó Pablo, que afirmó que Juan José “trabajó hasta el último día”. “No quería abandonar su lugar. Trabajó hasta el último momento de su vida y trabajó toda su vida”, afirmó su amigo.
“Nos pone orgullosos haberlo tenido como amigo y haberlo tenido en el colegio. Era buena gente y encontrar buena gente es tan difícil hoy en día”, planteó Pablo quien celebró el reconocimiento que tuvo su amigo por parte de la comunidad educativa del colegio. “Si vos fuiste buena gente te podes ir tranquilo y los que quedan pueden decir con orgullo 'ese era mi amigo' y yo puedo decirlo”, sostuvo emocionado.