Alte Brown | Almirante Brown | Cottolengo Don Orione | Eliana Herrera

"Yo soy sus piernas, ella mi corazón": la emotiva historia de Eliana y David, dupla de atletismo asistido de Almirante Brown

Eliana sufre parálisis cerebral y vive en el Cottolengo Don Orione de Almirante Brown, junto a su hermano David participan de maratones inclusivas.

Eliana Herrera es residente en el Cottolengo Don Orione, de Almirante Brown, y padece una malformación en el cerebro que generó que no se desarrollara intelectualmente. Cuando la diagnosticaron le habían informado a su mamá Andrea Gutiérrez que, con suerte, Eliana, llegaría a los 13 años de edad. Hoy tiene 35 y participa de maratones junto su hermano un año y medio más joven que ella, David, quien la asiste en cada oportunidad.

Según relató el hombre a El Diario Sur, los pronósticos para Eliana eran negativos desde el primer momento: no caminaría nunca y su vida sería breve. Sin embargo, cuando él comenzó a dar sus primeros pasos, Eliana se motivó y también aprendió a caminar. "Desde ahí nos dicen los hermanos Macana, hasta ahora", recordó risueño.

Cuando Eliana cumplió 12 años, por recomendación del doctor Mario Socolinsky ingresó al Cottolengo. Andrea, madre de los jóvenes, contó que esos primeros años de distancia con Eliana fueron sumamente duros para todos, pero especialmente para David.

A los quince años, él empezó a meterse en el mundo del atletismo de manera amateur. "Siempre estuvo en mi inconsciente ver la forma de cómo correr con ella. Había visto un video en Estados Unidos donde un papá corría con su hijo con parálisis cerebral y siempre había querido hacer algo así", explicó.

En una oportunidad, David se había anotado en una carrera de la que finalmente no pudo participar por falta de cupo, pero lo que vería ahí le cambiaría la vida para siempre: "Una persona ciega pasó corriendo con otra, estaba viendo lo que tanto había pensado y a los cinco minutos pasó una silla de ruedas impulsada por tres personas, fue un antes y un después para mí".

Eliana-David-Carrera.jpeg
Eliana Herrera es residente del Cottolengo Don Orione, en Almirante Brown, y participa de maratones asistida por su hermano David.

Eliana Herrera es residente del Cottolengo Don Orione, en Almirante Brown, y participa de maratones asistida por su hermano David.

Leer También:

La Corte Suprema confirmó la condena a un remisero de Longchamps por secuestro extorsivo

El joven se acercó a charlar con estas personas y descubrió que pertenecían a la Fundación para el Atletismo Asistido, donde luego participaría por cinco años. Cuando David le propuso a su mamá que Eliana participe junto con él no dudó un segundo. "Nos habían dicho que viviría hasta los 13 años, todo lo demás es un regalo y todo lo que la pueda hacer feliz vamos a hacerlo", expresó Andrea.

La problemática mayor para poder participar es el valor de las sillas de ruedas, ya que su costo es casi inaccesible. Por esto, en un principio corrían con una silla prestada. Afortunadamente, hace algunas semanas desde una escuela técnica de Lincoln, de donde son oriundos, les fabricaron una especialmente para ellos.

"Es una experiencia muy linda. En mi caso como atleta, que me toca asistirla a ella, me siento muy contento y muy orgulloso. Entreno todos los días para que ella pueda superarse y subir a algún podio, porque tiene su instinto competitivo intacto como cualquier persona", explicó el joven. Hasta el momento han participado de 6 maratones de 42 km y 95 metros, 12 medias maratones e innumerables carreras de diferentes distancias.

Eliana-David-Familia.jpeg
Eliana y David junto a toda su familia luego de participar de una maratón.

Eliana y David junto a toda su familia luego de participar de una maratón.

"Es una atleta más, no hay una foto en la que esté seria. Para ella cambió todo, se convirtió en una corredora más", amplió Andrea. La familia apuntó a que la idea es tratar de difundir el atletismo asistido y la inclusión, con la premisa de que se puede salir adelante a pesar de una discapacidad.

"Es una linda experiencia de vida y Eliana es la demostración de que no hay límites para una persona. Sin dudarlo la llevaría hasta el fin del mundo, la veo feliz cada vez que corre y eso me hace feliz a mí, yo soy sus piernas y ella mi corazón", concluyó David.

Dejá tu comentario